Cuando hace setenta días el presidente de la Generalitat anunció que la gerente de La Fe iba a ser Mónica Almiñana, una senadora catalana y socialista, algunos foros sanitarios discreparon de que viniera de fuera o, mejor dicho, de Cataluña, y le echaron en cara que no encontrara en la C. Valenciana ningún gestor cualificado para dirigir un barco con una eslora de 500 millones anuales de presupuesto, 7.000 empleados y 20 centros de salud.
Almiñana (Barcelona, 1971) ha ejercido diez años como médico de familia, tiene cuatro de experiencia hospitalaria y en su cuaderno de bitácora como gestora ha dirigido un gran centro de primaria en Barcelona y un área de 1.300.000 habitantes con hospitales como Bellvitge, San Joan de Déu, el ICO, el Clínic... Aterrizó el jueves y afirma que lo único que quiere es trabajar.
¿Qué tal su primer día?
Intenso, pero muy emocionante. Me reuní con el comité de dirección, hicimos una visita muy rápida en el hospital y me vacuné de la gripe, porque creo que es una cosa importantísima que hacemos poco. Fue un día cansado pero muy ilusionante.
¿Qué imagen tenía de La Fe antes de saber que sería la gerente?
Es uno de los diez mejores hospitales de España, me atrevería a decir que está entre los cinco primeros. Todos los que hemos hecho gestión sabemos que La Fe es uno de los grandes donde se hacen las últimas tecnologías. Es un gran terciario que está muy reconocido.
Cuéntenos cómo fue que la eligieran para el cargo y el proceso, si se puede contar.
Sí, claro, no hay nada que esconder. Simplemente a mí me ofrecieron esta posibilidad y a partir de ahí se hizo el procedimiento que se cumple en la C. Valenciana; seguí ese procedimiento y ya está.
¿Qué piensa cuando le ofrecen el cargo? ¿Voy, no voy?
Cuando me hacen la propuesta y me dicen que habrá todo un proceso de selección se me pone la piel de gallina, porque esto es un proyecto que a cualquiera que haya hecho gestión le haría mucha ilusión. Es apasionante tener la oportunidad de estar a la cabeza de uno de los mejores hospitales de España, donde se hacen avances científicos, donde los profesionales tienen ganas de trabajar para mejorar... Esto es una oportunidad que a todos nos apasionaría, a cualquiera de los gerentes, estoy segura. Si no, no dejas tu vida para irte a otra comunidad autónoma, solo haces esto cuando el proyecto te ilusiona mucho.
¿Se informó sobre el hospital?
Sí, entré en la web, que es lo que hacemos todos hoy, y miré cómo funcionaba el departamento, quién lo componía, cómo estaba organizado, miré todo lo que pude. ¿Mi sensación ahora? Que es un reto.
En estos d0s meses largos desde que la nombraron, ¿qué ha hecho?, ¿se ha estado despidiendo?
He hecho mi trabajo de senadora hasta que se disolvieron las Cortes. He tenido la oportunidad de participar en la vida pública de una forma distinta. Yo siempre he estado en la vida pública, en gestión o de médico, y tuve la oportunidad de hacerlo en política y he estado cuatro años sirviendo al país y en este tiempo (los dos meses) he hecho lo que tenía que hacer, esperar a que terminara el Senado, que tuviera lugar el procedimiento y ordenar cosas, porque cuando uno cambia de vida tiene que ordenar cosas.
¿Ha recibido algún mandato?
Mandato no, lo que está claro es que las líneas de la conselleria las tenemos que saber todos los gerentes. Yo creo que hay que hacer una gran apuesta por la cronicidad, hacer mas visible la atención primaria, pero también vamos a hacer un plan contra violencia de género y apoyar la investigación, que es fundamental. No podemos permitirnos el lujo de hacer las cosas como siempre cuando nuestra realidad ha cambiado sanitariamente, sociológicamente y demográficamente. Y esta creo que es la estrategia que vamos a seguir y, por supuesto, mantener el nivel de excelencia de este hospital. Si este año nos han dado el séptimo puesto de España en calidad, vamos a intentar mejorar en la medida que podamos. Lo que no vamos a hacer es dejar que esto baje. Si podemos ser los mejores vamos a intentar luchar para serlo como hasta ahora han hecho todos los gerentes de este hospital.
¿Qué puede aportar usted a la gestión de La Fe?
A veces venir de fuera es una ventaja. Tiene inconvenientes y ventajas. Una de ellas es que como lo ves con otro prisma puedes mejorar cosas de las que nadie se ha dado cuenta que son mejorables porque siempre las han visto igual. Creo que eso lo puedo aportar y también es bueno aportar trasparencia. Yo voy a ser muy trasparente y espero que nos atrevamos a decir en qué somos muy buenos y en qué no, pero lo vamos a ser. Y quiero que todo el mundo se sienta partícipe de esta trasparencia.
