El fenómeno es tan nuevo que muchos padres se sienten perdidos. «Sanidad no tiene un recurso específico para estos casos, porque no vas a mandar a estos chicos a una Unidad de Conductas Adictivas, junto a cocainómanos, alcohólicos...», afirma Francisco Juan.

En las Unidades de Prevención Comunitaria se está empezando a dar una respuesta a estos casos. «Estos dispositivos son obligatorios para todo ayuntamiento mayor de 20.000 habitantes. Aquí se atienden casos de primeros consumos. También desarrollamos una labor de prevención en institutos, por lo que muchos profesores ya nos conocen. Así, cuando los padres les piden consejo, nos remiten los casos», asegura el director de la Fundación Aepa.

El psicólogo es quien trata a estos chicos de su adicción al WhatsApp y el abordaje del problema no es nada sencillo, como asegura Enrique Madrid. «No puedes usar las mismas estrategias que utilizas con otras sustancias, como el cannabis, porque estos chicos son nativos digitales y no les puedes privar de las tecnologías».

Sólo al principio, añade, «eliminamos el dispositivo, pero por poco tiempo y después les enseñamos a utilizarlo bajo determinadas normas». Junto al WhatsApp, los profesionales alertan del peligro de los juegos on line y de aplicaciones muy polémicas, como la que permite el envío de fotos a otros móviles que luego desaparecen en cuestión de segundos. «Esto está dando lugar a situaciones muy controvertidas, que pueden degeneran en situaciones de acoso», señala Francisco Juan.

El WhatsApp es la aplicación móvil preferida en nuestro país. La utilizan el 88% de los ciudadanos una media de 5,14 horas a la semana, lo que supone que un día al mes lo pasan leyendo mensajes instantáneos.

Son datos extraídos del «Estudio anual de redes sociales 206», publicado esta semana por la Asociación de Publicidad, Marketing y Comunicación Digital de España IAB.