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«Siempre se ha condenado a los "trans" a no tener descendencia; yo quiero ese derecho»

Carlos Nácher destaca que se haya «despatologizado» lo que hasta ahora se consideraba formalmente como enfermedad

«Siempre se ha condenado a los "trans" a no tener descendencia; yo quiero ese derecho»

«¿Si me importa que me hagáis una foto? ¡Pero si yo tengo un canal de Youtube!», exclama Carlos Nácher, de Manises. Tiene 26 años y todo va cambiando. El armario, dice, no es lo suyo. Como a todos, le costó romperlo. Pero ahora, a base de vídeos, explica desde internet el proceso de transición que lleva desde hace dos años y medio. Hoy es un hombre transexual feliz. Más todavía por la ley que está preparando la Conselleria de Igualtat i Polítiques Inclusives.

Del anteproyecto de esta norma valora especialmente la «despatologización de la transexualidad». Que ya no sea considerada una enfermedad, lo que incluso ahora está calificado bajo el nombre de «disforia de género». «El hecho de pasar por una fase psicológica y que te examinen por si estás o no loco, hablando en plata, ya no será necesario. Yo sí pasé por ahí. En su momento „reconoce„ no lo pensé mucho. Pero con la cabeza fría y la experiencia que ahora tengo, me doy cuenta de que accedí a un procedimiento cuya palabra es humillante. Pero es lo que había», subraya.

En su DNI ya pone «Carlos», sexo «M». Fue el fin a un cúmulo de tormentos cotidianos en la más nimia de las gestiones cotidianas, como sacar un libro de una biblioteca o pagar con la tarjeta de crédito en una gasolinera. Siempre se veía forzado a dar explicaciones que a nadie importan.

Hoy le pagarían la mastectomía

Carlos también valora que, con la nueva ley, la sanidad valenciana oferte en su cartera de servicios los «tratamientos quirúrgicos de cirugía de exéresis de mama y genitales y reconstructiva de genitales y otros tratamientos médicos o quirúrgicos requeridos para la modificación corporal que aseguren su congruencia con la identidad de género de la persona, incluyendo los necesarios para la modificación del tono y timbre de la voz cuando sean requeridos».

Carlos tuvo que costearse su mastectomía (extirpación de mamas). Ahora se la pagaría la sanidad pública, una vez se apruebe la ley. Lo valora mucho. «No todas las personas trans tienen el poder adquisitivo como para poderse pagar operaciones, prótesis, ir al foniatra para poder modular la voz», dice.

Él denuncia que «las personas trans siempre han estado condenadas a no tener la posibilidad de tener familia, descendencia propia, y eso ha sido la negación de un derecho. Ahora, como persona joven, creo que debo tener esa posibilidad. La utilizaré o no. Pero es como el matrimonio igualitario: yo quiero tener ese derecho».

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