­La Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente ha establecido un plan de control exhaustivo de las quemas agrícolas, que están detrás de muchos de los incendios forestales por negligencia. El objetivo aes que los agricultores no utilicen el fuego, a no ser que sea imprescindible, para deshacerse de los restos de vegetación de sus cultivos, ofreciendo otro tipo de alternativas a esta práctica. Una de ellas, según explicó días atrás la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, es la puesta en marcha de instalaciones para que los agricultores puedan depositar allí las podas y éstas se transformen en biomasa. «La idea es que los ayuntamientos puedan adquirir estas instalaciones a través de fondos europeos». En ellas, señala Cebrián, las ramas se trituran y se convierten en pellet, un conglomerado de madera que puede ser utilizado como combustible». Esta medida, «supondría además una fuente de empleo para aquellos municipios en los que se implante».

Aunque el objetivo de Agricultura es que la práctica de las quemas agrícolas desaparezca, la consellera sabe que a corto plazo este objetivo es muy difícil de conseguir. «La idea es establecer excepciones, como en el caso de que haya una plaga, y cuando no queda más remedio que quemar esos restos vegetales, que se haga bajo la supervisión y asesoramiento de los agentes medioambientales, para extremar la seguridad».

La conselleria también está apostando por repoblar los bosques de la Comunidad con otro tipo de especies autóctonas más resistentes al fuego en comparación con el pino, que ahora puebla mayoritariamente las zonas verdes. Carrascas, encinas, alcornoques, junto a plantas aromáticas, jaras... Dentro de esta línea, «también se está actuando para retirar el exceso de pinos que existe en algunas zonas y que está impidiendo que crezcan otras especies», afirma la consellera Elena Cebrián.

Otra de las grandes novedades en materia de incendios que se ha introducido en el último año es la gestión que se hace de una zona que acaba de arder. Hasta hace poco tiempo, lo normal era que inmediatamente después del fuego, comenzaran las labores de limpieza y reforestación. En este sentido, se han creado las denominadas mesas de concertación post incendio que se celebran tras un fuego de grandes proporciones y en las que se reúne a alcaldes, sociedad civil de las localidades afectadas y técnicos de la conselleria para valorar qué actuaciones emprender.

Serra tiene a punto una experiencia piloto

Serra, un municipio de marcado carácter forestal, tiene ultimado un proyecto para el aprovechamiento del residuo agrícola mediante un servicio municipal de apoyo a los agricultores locales. El objetivo, según el ingeniero municipal José Mayans es reducir «al 100 %» las quemas agrícolas. Para el caso de Serra, la inversión inicial —trituradora, vehículo, etc.— ha sido estimada en 40.000 euros y el coste anual del servicio en 30.000. j. sierra valencia.