El primer dato que se da de ella siempre es la edad. María Such (Valencia, 1990) ha pasado en nueve meses de ser una abogada del turno de oficio a ser la diputada más joven del Congreso y después a ostentar la misma categoría en el rango de directora general del Consell. En concreto, y desde el pasado 4 de agosto, lleva el Instituto de las Mujeres, dependiente de la Conselleria de Igualdad. La socialista tiene como jefa a Mónica Oltra, por aquello del mestizaje del Consell del Botànic.
Pasa de ser diputada a ser directora general. ¿Ha salido ganando con el cambio?
No sé si he salido ganando, es un cambio diferente a los que he sufrido estos meses. En el Congreso es más política, aquí es gestión. Siento que puedo ser muy útil a la Generalitat y al PSPV. Tenemos la responsabilidad y el reto de mantener el gobierno los tres años que quedan.
¿Se esperaba el nombramiento? ¿Cómo fue la llamada del presidente?
El presidente me lo propuso como una posibilidad de estar dentro del Gobierno, es un cambio sustancial estar en el Congreso en «standby» sin posibilidad de tirar nada adelante a estar en el ejecutivo valenciano, gestionando y viendo los frutos.
El PP le acusa de «enchufismo» por ser hija del también director general Antonio Such.
No me supone ningún ataque. No tengo nada de qué avergonzarme. Para mí y mi familia estar en política es un orgullo y un compromiso con el partido. El Consell decide hasta dónde llega el compromiso. Respecto al comentario de Juan Carlos Caballero (presidente de Nuevas Generaciones) no me molesta y menos viniendo del PP. He seguido su trayectoria sobre todo al frente del IVAJ, donde durante la anterior gestión la mitad de los trabajadores eran colocados por Nuevas Generaciones.
¿Le perjudica o le beneficia ser hija de quien es?
De cara este tipo de comentario no me favorece ser hija de quien soy. Pero la mayoría de gente joven del PSPV lo es porque tiene amigos y familiares que también lo son y nos han llevado hasta allí. Mi madre también es del partido y también la conoce mucha gente. Mi padre tiene más repercusión, pero lo tengo asimilado.
Dos directores generales en una misma familia. ¿Le ha dado algún consejo su padre?
Todavía no me ha dado ninguno en concreto, pero sé de alguna manera cómo actúa y me sirve de ejemplo. Le gusta contar mucho con los funcionarios, me transmite ciertos valores.
¿Qué cree que puede aportar al Instituto de las Mujeres?
Como socialista, vengo también de tradición feminista. Somos el partido que ha reivindicado la igualdad. Voy a seguir con la tarea de mi compañera Anaïs Menguzzato. También queremos crear centros de igualdad, mejorar la prevención de la violencia machista colaborando más con el 112... El objetivo es que se convierta en un Instituto independiente de verdad, como lo es el IVAJ, que no sea solo una dirección general.
