­Microondas, varios ordenadores, aire acondicionado, televisión de plasma, nevera, horno... tienen todas las comodidades de un hogar «convencional» pero la diferencia es que los aparatos funciona exclusivamente con luz solar. «Tendríamos que ser la norma, no la noticia, es extraño; es una anomalía de nuestro sistema porque en otros países es habitual», se lamenta el electricista Andrés Montesinos, que vive en un piso de Foios junto a su mujer, Maribel Polo, y sus dos hijas adolescentes. Gracias a cuatro placas solares que han instalado en la terraza de su edificio, en esta época del año obtienen hasta unos 12 kWh al día, de los que solo consumen dos o tres y el resto, va a la red y lo «regalan».

Como explica la familia Montesinos Polo, su apuesta no solo consiste en consumir energía renovable -con un precio similar a la convencional-, sino también de «evitar el abuso y aprender a gastar», lo que sí genera ahorro. «Lo puede hacer todo el mundo, solo hace falta tomar conciencia y aprender; no cuesta tanto y no es difícil», asegura Maribel. El consejo primordial, aseguran, es fijarse en los electrodomésticos a la hora de comprarlos, ya que aparatos con las mismas funciones «pueden pasar de gastar 240 W de consumo, a 50». Por ejemplo, existen ordenadores pequeños «que gastan 2 W y tienen Windows 10». «Cada vez hay más opciones, solo hay que querer aplicarlas, pero su uso extendido no interesa al sistema», apunta Andrés.

Un giro hacia la sostenibilidad

La pareja tiene cargos de responsabilidad en Som Energia, una de la decena de cooperativas eléctricas que existen en España, «sin ánimo de lucro y luchadora por un nuevo modelo energético», aseguran. Han estudiado que los usuarios, una vez informados, logran reducir su consumo eléctrico hasta un 30 %, y en cinco años ya cuentan con más de 27.000 socios y 37.000 contratos.

«El modelo económico actual se basa en el crecimiento, pero ¿cuánto podemos seguir creciendo en un planeta finito?», se pregunta Andrés. Es por eso por lo que se muestra partidario de ir cambiando el modelo energético en España. «No es necesario derribar a las compañías eléctricas -en parte son necesarias-, basta un giro hacia la energía sostenible», defiende. Asegura que con más electricidad «limpia», la factura se reduciría y se podría luchar contra la pobreza energética que padecen numerosas familias.

Hogares como este o pequeñas y medianas empresas se podrán beneficiar del anuncio del Consell de bonificar con un 20 % a quien instale placas solares para autoconsumo, además de una línea para préstamos bonificados, con el objetivo de combatir el efecto de la legislación estatal implantada por el Gobierno de Mariano Rajoy, que «penaliza» el autoconsumo.

«Es lo que pedíamos», se felicita el electricista, presidente de la sección territorial valenciana de Som Energia, aunque se muestra «a la expectativa» porque «aún es pronto». «No queremos subvenciones, queremos que nos dejen tranquilos, que nos dejen trabajar», matiza. Él no ha realizado los trámites -que tienen un coste de unos 12.000 euros- que exige el Gobierno a quienes autoconsumen energía solar. «Esa ley va en contra de nuestra ética, es injusta; no podemos plegarnos», defiende. «No puede ser que yo pague el término de potencia -para mantener la red-, pague un término de energía y, como soy autoconsumidor, me cobren por el sol que gasto. Pago tres veces, es muy injusto», explica, y añade: «¿Y si compro una televisión o una lavadora más eficientes, tendría que pagar por consumir menos? No tiene sentido cargar el mantenimiento de red a la gente que quiere ser más eficiente».

«Las pymes son las más perjudicadas» por el «impuesto al sol», declara y cree que sería similar a cobrar a las fábricas con máquinas eficientes». «A ningún ministro de Industria se le ocurriría», asegura. Además, también lamenta que la Ley y los anteproyectos «han afectado muy negativamente, mucha gente se ha parado y algunas personas han quitado las placas; te pueden multar con hasta 60 millones de euros, ¡como si explotara una central nuclear!».

Andrés anima a las comunidades de vecinos a instalar placas solares en sus edificios y espera que la decisión del Consell sea el primer paso para eliminar los «bloqueos».