? Por «À punt» conoceremos a la nueva tele pero o los insignes cerebros catódicos del consejo rector se la envainan o la broma ya será pesada. La marca es fallida, aunque se hable de ella. Nihilista, plagiada y sospechosa. Desnaturalizadora y críptica. Imposible encontrarle arraigo. La A está en las tres provincias, sí. Y en Barcelona, Madrid, Aragón, Melilla? Por mucho menos a García Reche lo enterraron en la Mediterrània. «À.» además es adanismo puro. Pretende borrar el pasado, como Pol Pot o la revolución cultural. Y descubrir la TV: harán informativos, documentales y fiestas. Catarroja descoberta. «À.» es una humorada que valdría para una cadena de pago. De una agencia catalana, de un gran profesional barcelonés para una cadena dirigida por la corresponsal del Principat. Profesando cero simpatía por la caverna, pregunto: «xe, que no hi havia ningú més?» Ya lo decía un antiguo jefe. El peor enemigo de la unidad de la lengua es el catalanismo.