El acuerdo entre PP y PNV para que los nacionalistas vascos apoyen los presupuestos del Estado de 2017, y que supone la devolución a Euskadi de 1.400 millones por los retrasos desde 2007 en el cupo (cantidad que el País Vasco aporta al Estado), además de infraestructuras como la Y vasca, disgusta a todos los partidos de izquierda, además de a Ciudadanos, porque supone un agravio para la comunidad peor financiada, la valenciana, mientras el PP critica a Compromís y su síndica, Isabel Bonig, guarda silencio sobre el pacto.

Para Compromís, que tiene cuatro diputados en el Congreso, frente a los cinco de los nacionalistas vascos, pero que en ningún momento se ha planteado negociar los presupuestos, el pacto PP-PNV es un «insulto y una marginación para los valencianos».

El síndic, Fran Ferri, critica que el Gobierno tenga «deferencias» con otras autonomías «con la connivencia de Ciudadanos que apoyará unos presupuestos que mantienen los privilegios para ciertas autonomías que ellos critican». Según Ferri el pacto es «la expresión máxima del modelo del PP que permite que las autonomías ricas sean cada vez más ricas a costa de la anomalía valenciana, que paga como rica siendo un territorio pobre». En ese contexto, la secretaria autonómica de Hacienda, Clara Ferrando, exigió ayer al Gobierno que trate a los valencianos del mismo modo que a los vascos.

Een la misma línea, el síndic de Podemos, Antonio Montiel, considera «indignante» que el Gobierno entregue fondos de la caja común a cambio de los votos del PNV. «El coste para la hacienda publica de la compra por Rajoy de los votos del PNV es equivalente a la diferencia de financiación que debería recibir la Comunitat Valenciana en la presente legislatura, es un lamentable ejemplo de gestión del Estado como si se tratase de la hacienda familiar», añade Montiel.

El presidente, Ximo Puig, que en reiteradas ocasiones ha solicitado la revisión del cupo vasco, subrayó desde Finlandia que «lo único» que quiere es que el Ejecutivo «garantice la igualdad entre los ciudadanos» y reclamó que se aborde ya la reforma de la financiación.

El portavoz de Economía del PPCV, Rubén Ibáñez, aseguró que Compromís «prefiere la política de odio y ataque frente a la defensa de los valencianos» y lamentó que el partido que lidera Mónica Oltra «no quisiera apoyar la investidura de Rajoy para garantizar estabilidad y pelear por una mejora de las inversiones para la Comunitat».

Mientras, la síndica de Cs, Carmen Sánchez, critica la utilización de los presupuestos y que el Gobierno anteponga su propio beneficio al de la financiación justa.