Toda la carne en el asador. A 24 horas de que el patronato de la Fundación del IVO vuelva a reunirse para decidir si acepta o no el contrato con la Conselleria de Sanidad para la atención integral de 30.000 pacientes oncológicos, la Generalitat se ha movilizado para tratar de convencer a los patronos contrarios al contrato. Y uno de los mecanismos empleados es el encargo de un segundo informe a la Abogacía de la Generalitat para contrarrestar los argumentos del primer documento, crítico con el uso de la figura de la acción concertada para contratar estos servicios.

Según ha sabido este diario, la jefa de la Abogacía, María José Rodríguez, estaría redactando en estos momentos un segundo informe para aclarar a los patronos las dudas generadas por el primero. Se trata de un primer informe elaborado el pasado 22 de mayo y firmado por el letrado Luis Manent, adscrito a Sanidad. Entre otras salvedades, el abogado aseguraba literalmente que "el objeto de la prestación coincide con un contrato administrativo típico, a saber la concesión de servicios o en su caso contrato de servicios". La figura de la acción concertada no tendría cabida de la forma en la que la conselleria planteaba estos servicios, viene a decir Manent.

Este informe, y otro de la Intervención, son los argumentos en los que la mayoría del patronato, alineados con el director general del IVO, Manuel Llombart, se oponen a la firma del contrato. La fecha límite era el pasado viernes; pero el presidente de la fundación y tío de Manuel, el oncólogo Antonio Llombart, es partidario y pidió una prórroga para convencer al resto de patronos.

En este contexto, y a escasas horas de la reunión definitiva de mañana, Presidencia ha convocado a varios patronos, como el IV Marqués del Túria, Tomás Trénor, o el empresario citrícola Vicente Fontestad. Ambos votaron no. El presidente, Ximo Puig, se ha implicado personalmenteXimo Puig, se ha implicado personalmente para tratar de convencerlos de que cambien el voto, recomponer la confianza rota con la consellera Carmen Montón y darles garantías de que el desarrollo de la relación entre el IVO y el sistema público de salud bajo este nuevo concierto no será perjudicial para los intereses del centro de Campanar.

Como telón de fondo de toda esta crisis subyace el descontento generalizado en la dirección y el patronato del IVO con un cambio de sistema que retira al hospital especializado la condición de centro de libre elección. Eso garantizaba hasta el pasado año que cualquier ciudadano que entraba en el centro era tratado. Ahora hay que arbitrar un mecanismo de derivación de pacientes. Presidencia garantiza que el sistema será laxo, pero la mayoría crítica del IVO desconfía de todo lo que no esté por escrito.