«Pingufor» pretende investigar el efecto del cambio global en la fisiología de tres especies: el pingüino barbijo, el de Adelia y el papúa. Los pingüinos antárticos están considerados como «centinelas de la salud» del ecosistema, según explicó el Colegio Oficial de Biólogos de la Comunitat Valenciana. De momento, los investigadores han constatado la existencia de cierta disminución de las poblaciones de pingüino barbijo y adelia. La hipótesis que barajan es que podría estar relacionada con el calentamiento que se produce en la península antártica, de unos dos grados y medio, que hace disminuir las poblaciones del krill, el principal alimento de los pingüinos.

Paralelamente, han comprobado la llegada a la Antártida de parásitos que tienen que ver con la presencia de garrapatas, que a su vez transmiten nuevas enfermedades a los pingüinos, según explicó la científica.

La colonia de cría de pingüinos barbijos de «Pingufor» está formada por algo más de 20.000 parejas reproductoras. Los tres biólogos encargados de realizar el seguimiento diario de la colonia han de escoger unos 200 nidos para marcar a sus pollos e instalar transmisores a los adultos.

Por tanto, para los investigadores es importante conocer la distancia a la que se desplazan los padres para capturar el krill, su principal alimento. Por regla general, esta especie cría un par de pollos por pareja. El conjunto de barbijos se encuentra a unas dos horas de distancia a pie desde la base Gabriel de Castilla, un recorrido que deben hacer a diario durante más de dos meses.

Para la bióloga, se trata de la quinta campaña antártica, y trabajará con militares del Ejército de Tierra, encargados del mantenimiento, y con sismólogas y vulcanólogos responsables de estudiar la actividad del volcán de la isla Decepción donde está la base.