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Centro de Internamiento de Extranjeros

El CIE de València sólo tiene ocupadas el 30 % de sus plazas

Durante el año 2017 un total de 799 personas ingresaron en el centro, de las que 460 quedaron en libertad - En la mayoría de ocasiones su salida se produce ante la imposibilidad de acreditar el origen

El CIE de València sólo tiene ocupadas el 30 % de sus plazas

El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de València, ubicado en un edificio dentro del complejo policial de Zapadores, tiene ocupado en estos momentos el 30 por ciento de las plazas de que dispone, según fuentes de la Jefatura Superior de Policía de València.

A fecha de hoy, hay 35 internos en el CIE de València, a la espera de que culmine su expediente de expulsión y se resuelvan la solicitudes de protección internacional que algunos de ellos han solicitado.

Las instalaciones del CIE valenciano fueron renovadas durante los meses que permaneció cerrado, entre finales de 2016 y principios de 2017, cierre que vino motivado, principalmente, por las sucesivas plagas de chinches que Interior no había conseguido controlar pese a las sucesivas fumigaciones.

Las dos peores plagas se produjeron en 2014, cuando hubo que fumigar dos veces en 15 días porque la primera de ellas Interior obligó a utilizar un producto muy barato, ineficaz y tóxico, y en el verano de 2016, cuando los internos incluso tuvieron que ser trasladados de centro.

El pasado año 2017 se produjeron un total de 799 internamientos en el CIE de València. De estas personas, 460 acabaron en libertad y otros 333 finalmente fueron repatriados a sus países de origen.

En la mayoría de ocasiones la puesta en libertad es debida a la imposibilidad de documentar y acreditar la procedencia del migrante llegado a España. Concretamente se dieron 373 casos de este tipo, según un informe realizado por el Servicio Jesuita a Migrantes, que alerta de la inutilidad de este tipo de establecimientos, a los que califica de «nuevos lazaretos» donde se aisla a estas personas.

Para evitar terminar en uno de estos centros, paso previo para su expulsión, algunos de los inmigrantes rescatados por el Aquarius y cuyas nacionalidades tienen convenio de expulsión, han optado por abandonar ya el complejo de Cheste donde están refugiadas temporalmente. Fuentes de Cruz Roja aseguran que de los 467 que había inicialmente alojados, quedan más de 400, aunque muchos habrían sido reubicados.

La situación de los menores

Otro caso bien distinto es el de los 123 menores que llegaron el pasado domingo en los tres barcos al Puerto de València. Todos ellos se quedarán en el país y los mayores de doce años fueron trasladados a centros de Alicante. Los letrados del ICAV que los atendieron el primer día relatan cómo a pesar de su estado anímico, de presentar sarna y falta de higiene, estaban felices comiéndose los bocadillos que les entregaba el personal de Cruz Roja. «Sus caras reflejaban una mezcla de cansancio, felicidad y preocupación por lo desconocido», explica Pilar Marí.

Recuerda que estos, apenas unos niños, contaban que les obligaron a trabajar durante dos años para pagar el billete del barco. Vivían hacinados y encerrados y algunos de amigos murieron de enfermedad y otros los mataron. la letrada, especializada en extranjería y menores, asegura: «Tengo esperanza de que esas criaturas sin familia, consigan una vida digna».

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