La Generalitat seguirá encadenada al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) por tiempo indefinido. Es una de las consecuencias del anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), de que no habrá nuevo modelo de financiación autonómica en la actual legislatura.

Fuentes del Ministerio de Hacienda, ahora en manos de la exconsejera andaluza María Jesús Montero, aseguraron ayer que, ante esta coyuntura, el mecanismo de auxilio económico de las comunidades puesto en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012 deberá continuar operativo.

Será así sin fecha límite, aunque el objetivo del departamento es que el FLA «tienda a desaparecer». De momento, no porque exista un modelo de financiación más equitativo, sino porque la mejora de la economía se note aún más en las comunidades y estas (algunas) puedan salir de los números rojos.

Andalucía y Baleares ya habían solicitado al anterior ministro, Cristóbal Montoro, un regreso parcial a los mercados privados de deuda para ir abandonando el FLA, que son créditos a bajo interés (0,84 % en el último ejercicio) a través del Estado.

El actual gabinete ministerial se declara partidario de esta alternativa en la medida que sea posible. Para la Generalitat, una solución de este tipo es inviable en estos momentos, al ser la autonomía peor financiada, según los estudios oficiales. La C. Valenciana ha recibido por esta vía 41.729 millones de euros desde 2012: es la segunda, después de Cataluña, en dependencia de este recurso.

Los socialistas criticaron en el pasado el FLA, ya que supone cubrir la falta de fondos de algunas comunidades para pagar sus servicios con créditos que aumentan la deuda de estos territorios, argumentaban. De ahí que ahora admitan que el mecanismo debe continuar, aunque sin fe en él.

En este sentido, una de las «mejoras» (el término que Pedro Sánchez ha empleado) transitorias para la financiación de la Comunitat Valenciana sería que el FLA regresara al interés cero. Rajoy y Montoro ya adoptaron una medida así en 2015, el año de las elecciones autonómicas.

Supondría una cierta (y minúscula) condonación de deuda, puesto que la C. Valenciana no sumaría la generada por los intereses del FLA. La compensación por parte de la deuda histórica (46.000 millones) es una de las alternativas que Presidencia baraja como medida transitoria sin renunciar a la reivindicación del nuevo modelo de financiación.