El alcalde de València, Joan Ribó, ha exigido este viernes al nuevo ministro de Fomento, José Luis Ábalos, que se recupere la conexión del puerto de València con los corredores Atlántico y Cantábrico, pues estas redes de conexión "son clave en el ámbito logístico y en el crecimiento económico".

Así lo ha señalado Ribó tras la reunión del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, en el que se ha aprobado inicialmente el cambio de ubicación del muelle de cruceros y su traslado a los astilleros, siempre que se cumplan determinados supuestos.

El alcalde ha aseverado que el de València es "un puerto fundamental de toda España", y "no tiene sentido que lo desconecten del corredor Atlántico y Cantábrico, porque lo que hacen es ahogar al puerto de València y a la ciudad".

El alcalde ha expresado asimismo su "profunda preocupación" por la propuesta que Fomento envió a la Unión Europea antes del cambio de gobierno, y que ha calificado de "muy descarada" al olvidar "dos elementos fundamentales para la conexión de València y de todo el Corredor Mediterráneo".

Así, ha citado la unión con Zaragoza, que a su vez conecta con el corredor Mediterráneo-Cantábrico, y la conexión con Madrid en mercancías, que "nos desconecta de todo el Atlántico y de la capital del Estado".

"Frente a estos olvidos, queremos manifestar nuestro descontento, la profunda queja del Ayuntamiento de València. Es absolutamente intolerable", ha dicho el alcalde, quien ha criticado que se introduzca la conexión con Sevilla, "cuyo puerto es mucho menos relevante que el de València, con Cádiz, Huelva, o la conexión que se introduce con el Corredor del Duero"

Ante estas modificaciones, Ribó ha afirmado que "da la sensación" de que a los valencianos los quieren "marginar o separar de España" y aproximarlos a Portugal, y ha indicado que exigirán "rápidamente en el nuevo Gobierno de España que cambie estas pretensiones".

Por otra parte, respecto al cambio del muelle de cruceros, Ribó ha alertado de que se tiene que garantizar el carácter medio ambiental y la no afección a los barrios colindantes, de forma que los cruceros "tienen que apagar sus motores y conectarse eléctricamente".

Además, Ribó ha señalado que hay que "hacer un estudio serio de movilidad en la zona y ver el número máximo de cruceros que puede aceptar en un momento determinado".

El tercer condicionante es que no haya "ninguna afección negativa" en las playas del sur por las modificaciones que se hagan en la ampliación Norte, como consecuencia de eliminar la terminal de cruceros e introducir muelles para contenedores", así como proteger los edificios que tengan un valor de patrimonio industrial, histórico o artístico", ha explicado.