P Se habla de jueces y abogados, pero parece que no tanto de los procuradores. ¿Cree que hay que poner en valor el oficio?
R Tenemos algo pendiente porque la figura del procurador es la más silenciosa de todo el ordenamiento jurídico y no es muy popular. Pero en el momento en el que uno entra en un edificio judicial, enseguida nos conoce y valora.
P En concreto, ¿cómo explicaría a qué se dedican?
R Hay distintas clases de procedimientos: más sencillos, normales y muy complicados. El legislador es consciente y para que el ciudadano esté más protegido ante la Administración, hay determinados procedimientos en los que se ha de estar asistido por abogado y procurador. Igual que hay intervenciones quirúrgicas que requieren anestesista y cirujano por su complejidad.
P ¿Se consideran la parte «humana» en los procesos, al estar más en contacto con la ciudadanía?
R Humana no sé, pero la trinchera, sí. Somos el pie de pista, quienes van al mostrador y están encima del procedimiento, no porque los funcionarios no lo estén, sino porque el engranaje necesita un control. Somos una garantía.
P ¿Qué problemas se encuentran en la ventanilla?
R Tenemos mucho menos dinero que otras autonomías y eso se nota; la infrafinanciación afecta, por ejemplo, en la implantación de Lexnet. Otras comunidades autónomas están mejor financiadas y no tienen las competencias transferidas, las paga el Ministerio.
P ¿Está la Justicia olvidada en las reivindicaciones por una financiación justa?
R Es la eterna olvidada, sí. Necesitamos dinero para Sanidad, Educación y también para Justicia.
P ¿En qué punto se encuentra la digitalización?
R Las implantaciones de Lexnet son como una autopista de doble vía. La primera etapa está superada y con nota y la parte más importante del coste la asumimos los profesionales, pero no podemos volver, falta implantarlo en el «monstruo» de València. Ahí es donde al tocar el bolsillo de la Administración nos hemos encontrado con que tiene agujeros. Además, tendríamos que haber empezado la casa por los cimientos, porque muchos programas autonómicos son incompatibles con el del ministerio. ¿Queremos presentación telemática y no tenemos expediente digital y hay 10 funcionarios con una impresora?
P ¿Cómo cambiaría su trabajo si estuviera todo digitalizado?
R Nuestro trabajo, igual que la Justicia, cambia con la sociedad. Evolucionó con el fax y el correo electrónico, y la presentación en el juzgado varió con los registros únicos, pero sigue teniendo su espacio.
P Preside el Grupo de Trabajo de Igualdad y Asistencia a la víctima del delito del Consejo General de Procuradores de España. ¿Cómo nace el grupo?
R Nace porque el Consejo General de Procuradores de España (CGPE) está muy implicado con la Comisión contra la violencia doméstica y de género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), a la cual pertenezco desde hace cuatro años, y nuestra sociedad demandaba un grupo de trabajo específico en materia de igualdad. Por cierto, una de los miembros del observatorio [Pilar Llop] ha sido nombrada delegada del Gobierno para Violencia de Género de la Comunidad de Madrid y me gustaría decirle al presidente Ximo Puig que sería extraordinario que la C. Valenciana tuviera una. También creo que las consellerias de Justicia e Igualdad deberían estar juntas. Aún no he tenido ocasión de ser recibida por la vicepresidenta y no sé hasta qué punto es positivo desligarlas, porque hay que informar a la víctima de todo lo que la sociedad pone a su disposición y a la de sus hijos, que son los grandes olvidados. La comisión de Igualdad del CGPE canaliza en una web las ayudas y recursos del ministerio, del CGPJ y de las CC AA. Llega un momento en el que no se trata de trabajar más, sino mejor.
P ¿Se ha tomado alguna medida?
R El Pacto de Estado implanta la necesidad de formación de todos los profesionales, pero me gustaría ir un pasito más. Al igual que hay juzgados de Familia, tendríamos que tener especialistas en violencia de género y también penales específicos, además de una sala de la audiencia. Son entornos muy particulares porque entran los sentimientos y los menores.
P Las víctimas de violencia machista tienen la representación gratuita...
R Por supuesto, y los profesionales son los mismos en todo el proceso para que no tengan que repetir y revivir lo que les ha pasado, que es muy doloroso. Ningún procurador se ha negado a llevar estos temas y esto no se hace por dinero, se hace porque estamos comprometidos.
P Una de sus labores es vigilar y agilizar los procesos. ¿Las demoras son aún más preocupantes en casos de violencia machista?
R Ayudamos a que el engranaje funcione mejor. La mayor parte de los procedimientos se prorrogan. Si queremos agilidad necesitamos medios, los profesionales trabajan al 200 % y suplen humanamente lo que económicamente no tenemos, pero son los que son. También hay que destacar la calidad humana. Por ejemplo, la Guardia Civil es la que evita que víctima y agresor entren o esperen en la misma sala.
P Usted también es miembro del Foro de Discapacidad. ¿Cuál es la principal reivindicación?
R La accesibilidad, porque es para llorar cómo están los edificios públicos, incluyendo las sedes judiciales... hay una falta enorme de conciencia cívica. Además, nos deberíamos replantear las sedes judiciales: quizás en vez de tener tantas deberíamos tener tres o cuatro potentes, con buenos accesos y equipamientos. Se calcula que el ciudadano a lo largo de su vida va 1,2 veces a los tribunales. ¿Para qué lo quieres tener al lado de casa si no puedes entrar?
