El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresó ayer su deseo de que los grupos de trabajo constituidos para la renovación de la financiación autonómica pudieran terminar sus trabajos en mayo, cuando se celebrarán las elecciones autonómicas y municipales.

En rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa, Sánchez dijo que «ojalá pudiéramos llegar al próximo mes de mayo», pero dejó claro que hasta que esté en marcha el nuevo modelo «no vamos a quedarnos parados».

No obstante, reconoció que será complicado finalizar los trabajos porque en pocos meses los presidentes autonómicos estarán «en otras dinámicas» ante la inminencia de los procesos electorales «más que en otras cosas».

Sin embargo, el jefe de Gobierno se mostró convencido de que «se pueden hacer muchas cosas» hasta que esté en vigor el nuevo sistema y que el Gobierno «está ofreciendo un mayor margen y oxígeno» a las comunidades, con esos 2.400 millones por la flexibilización de dos décimas del déficit para las autonomías, lo que fue rechazado por el Congreso.

«Entre el todo y la nada el Gobierno hace cosas -dijo-, todo lo posible» dada su minoría parlamentaria e insistió en que los grupos parlamentarios que se opusieron a la flexibilización de la senda presupuestaria «tendrán que explicar a sus vecinos porque lo han hecho» y han negado más dinero a las comunidades.

Sánchez afirmó en su primera sesión de control que no habría nuevo modelo de financiación en esta legislatura. Luego ha modulado este discurso y la ministra Montero ha urgido a crear el grupo político para la reforma.