Su día a día pasa entre paseos, biberones y cambio de pañales, como cualquier pareja que acaba de tener un bebé. El problema es que Amparo y Vicente (nombres ficticios) no están disfrutando de esos primeros días junto al pequeño Marcos en su casa de València sino a 3.500 kilómetros, en un apartamento en Kiev sin saber cuándo podrán regresar.

La historia de estos valencianos es igual a la de más de veinte parejas que están «bloqueadas» en Ucrania después de haber recurrido a este país exsoviético para tener a su hijo por maternidad subrogada tras muchos intentos fallidos de concebir en España. Aquí, el procedimiento es legal y está abierto a los extranjeros pero un cambio en los criterios de inscripción de los menores en el registro civil consular de Kiev -poco después de la llegada al gobierno de Pedro Sánchez- está complicado la obtención de pasaportes para los pequeños y, por ende, su salida del país junto a sus padres.

«Peor de lo que esperábamos»

«Cuando vinimos ya sabíamos que entraba en vigor la nueva norma y que iba a haber más complicaciones pero está siendo peor de lo que esperábamos», explica Amparo al otro lado del teléfono.

Hasta ahora, las parejas que viajaban a Ucrania a por sus pequeños eran advertidas de que el trámite de obtención de pasaporte (a través de una prueba de ADN del padre para asegurar que es el progenitor biológico) solía tardar «y ya estábamos preparados para estar aquí unos tres meses pero, ahora, con el cambio lo peor es la incertidumbre porque no sabemos cuándo resolverán y podremos salir de Ucrania».

La embajada ha dicho que estudiarán caso por caso pero no parece que se vaya a mantener el sistema de pruebas de ADN en aplicación de la Ley de Protección de Datos y por los recelos de la Embajada española con el sistema de maternidad subrogada ucraniano. En la práctica, y sin moratoria temporal de por medio, esto deja a los padres de intención sin posibilidad de conseguir allí el pasaporte español para sus bebés.

«El problema es que hasta que no tengamos la negativa de nuestra embajada no podemos pedir el pasaporte ucraniano del niño, con el que al menos podríamos salir y eso puede que aún se demore otros dos meses», cuenta Amparo. Su pequeño nació el pasado 7 de agosto y no tienen fecha en el consulado hasta el 29 de octubre pero nada les garantiza que entonces obtengan una respuesta. «Estamos bien pero no podemos estar aquí hasta que nos den las campanadas», sentencia Amparo, sobre todo pensando en la economía familiar. Ambos han tenido que pedir excedencias o permisos no remunerados para poder ir a recoger al pequeño Marcos y, mientras, siguen pagando el préstamo bancario que ha permitido hacer realidad su sueño. En Ucrania, y según fuentes de las asociaciones progestación subrogada, ser padres ronda los 40.000 o 50.000 euros.

«Quien piense que estamos haciendo esto porque tenemos dinero están muy equivocados. Somos trabajadores, mileuristas y hemos pedido un préstamo y como nosotros, la mayoría de padres. Nadie nos ha regalado nada pero cuando le vemos la cara a nuestro hijo, se nos olvida todo. Seguiremos esperando».