Pedro Llorente ni tiene vergüenza ni la conoce. Ser extrovertido le ayuda en muchos aspectos de su vida, incluido «salir» del metro. Y es que cuando los ascensores de las estaciones de metro se averían, las personas con movilidad reducida se quedan «atrapadas» si quieren acceder al exterior e «indignadas» si pretender coger el metro puntual, ya que se ven obligadas a desplazarse hasta otra estación (donde sí funcione el ascensor) para poder hacerlo.

Por ello, cuando Pedro Llorente leyó en Levante-EMV la denuncia de Amparo Ferrer -la mujer que el pasado lunes tuvo que llamar al Cuerpo Nacional de Policía para que sus agentes la ayudaran a bajar a su sobrino de 6 años en silla de ruedas ante la negativa de los operarios de FGV a hacerlo- quiso relatar a este diario su día a día, una rutina como usuario de metro que pasa, sí o sí, por pedir ayuda a los desconocidos.

«Cuando llueve, los ascensores de las estaciones de metro no funcionan. No soy técnico ni conozco el motivo, pero es así. Soy usuario del metro y es lo que ocurre, así que deben buscar una solución inmediata porque somos ciudadanos de segunda y no estamos dispuestos a aceptarlo. Falta una alternativa que nos permita desenvolvernos, que nos dé autonomía, sin necesidad de la caridad ajena cuando el ascensor se avería», explica el joven, de 24 años, guerrero y estudiante universitario de un doble grado de Derecho y Ciencias Políticas.

Para Pedro, las soluciones adoptadas por FGV son «insuficientes» ya que pasan «por la contratación de un servicio de reparación exprés, y está bien, pero no soluciona el problema en el momento en que se produce. Y eso es lo que queremos. Que nos paguen o pidan un taxi hasta la siguiente estación tampoco es la solución».

El joven lleva tiempo pensando una alternativa ya que su problema no es de hoy ni de ayer. Lleva años acumulando quejas. Por ello propone la instalación de las denominadas sillas salvaescaleras «con un mantenimiento y protección adecuados para que no se estropeen». «Si hubiera un salvaescaleras en cada estación estaríamos en igualdad de condiciones, porque si un usuario quiere coger el ascensor y no funciona, sube las escaleras y ya está», explica.

A la espera del PSPV

PSPVEsta propuesta ha sido escuchada por el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ya que el joven es militante socialista y aprovechó un acto de partido para dar a conocer su queja y su propuesta. Tras un primer encuentro con el que fuera director de Clientes y Accesibilidad de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), Francesc Romeu, quedó emplazado a una segunda cita que aún sigue pendiente.

El joven reconoce que, cuando los ascensores de las estaciones de metro no funcionan, se ve obligado a «pedir ayuda a los desconocidos». Nadie se la ha negado. «Bueno, la explicación de los operarios de FGV de que no pueden cargar con una silla escaleras abajo, la conozco bien, así que pido ayuda a la gente. Y aunque hay mucha buena gente, vivir de forma obligada de la solidaridad del resto no me gusta. No somos así. No queremos asistencialismo. Queremos autonomía».