El Gobierno reunirá mañana en La Moncloa a empresarios y sindicatos para dar un impulso «estratégico» a la Formación Profesional (FP), con el objetivo de que el catálogo nacional de cualificaciones pase a incluir los perfiles profesionales que precisa la empresa «en tiempo real». Así lo ha avanzado ayer la portavoz del Ejecutivo y ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, en una mesa redonda celebrada en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) con motivo de la Escola d'Estiu, organizada por el PSPV-PSOE y en presencia del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y varios centenares de cargos, militantes y simpatizantes socialistas.

Celaá señaló que al encuentro del lunes en el Palacio de la Moncloa asistirá el presidente, Pedro Sánchez, y estarán representantes de los empresarios, Juan Rosell (CEOE), de las pequeñas y medianas (pymes) y de los sindicatos, como UGT y CCOO. Deberá servir «para abrir los cauces de coordinación para hacer una FP muy poderosa», ya que ha observado «agujeros negros y puntos débiles importantes» en la formación profesional tal y como está estructurada por parte del Ministerio.

Obstáculos

Estos obstáculos «ralentizan y obstaculizan» el éxito de la FP, que en España tiene una tasa de estudio del 12 % de los jóvenes, cuando la media en los países de la OCDE se sitúa en el 25. Esta diferencia hace que haya que hacer un esfuerzo por la actualización de la FP y que, objetivamente, «haya recorrido» por delante.

Entre esos «puntos negros», Celaá puso como ejemplo la lentitud que existe desde que se detecta un nuevo perfil profesional y el momento en que se incluye en el catálogo nacional de cualificaciones y se elabora una titulación. «Pasan cuatro años, y en ese momento se ha vuelto a cambiar, y ya no vale porque se necesita otro perfil profesional», advirtió Celaá, quien apostó por «suavizar los puntos de rigidez» del sistema para agilizar la correlación entre lo que necesitan las empresas y la FP.

«Hay mucho trabajo por hacer», subrayó la ministra, quien repitió que el Ejecutivo de Sánchez está «firmemente determinado con la FP» para que ésta sea «clave», y para visibilizarlo «no en vano»se ha incluido esta denominación en el nombre del Ministerio. El objetivo final es «mejorar la empleabilidad de las personas y mejorar su cualificación» porque en el mundo están desapareciendo los empleos con menos cualificación, a favor de las máquinas, y paralelamente aparecen nuevos puestos de trabajo ligados a una cualificación media y superior.

Celaá también se refirió a la LOMCE y consideró que, desde su implantación en 2013, ha habido un «estancamiento del sistema educativo español» ya que con esa ley se ha convertido la Educación «en una mercancía de bajo coste, low-cost», con una reducción de costes.

Por otro lado, Celáa, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y la ministras de Sanidad, Carmen Montón, reivindicaron ayer el papel del PSOE en el avance de la igualdad y los derechos de la ciudadanía. Ese fue otro de los principales mensajes lanzados durante la Escola d'estiu, donde participaron varios centenares de cargos, militantes y simpatizantes socialistas. En la segunda y última jornada, el president Puig afirmó que cree «más que nunca» en la posibilidad del socialismo siempre que esté «abierto continuamente» a los cambios de la sociedad ya que, así, «será la única manera de no perder nunca la frescura».

Financiación

La escuela se erigió en un espacio de encuentro entre ministros y consellers, después del cambio de postura de Puig sobre la financiación desde que Pedro Sánchez vive en la Moncloa, y que ha encendido la indignación en Compromís. Pero los socialistas de València se apresuraron a afirmar que, a pesar de que nada es fácil, con los socialistas en Madrid ahora se vive mucho mejor.

La forma más diáfana de explicarlo la protagonizó el conseller Vicent Soler cuando, sentado codo a codo con la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, dijo: «Yo seguiré reivindicando las mejoras para la Comunitat esté quien esté en la Moncloa, pero ahora al menos la ministra de Hacienda me coge el teléfono». Rió el auditorio. También la ministra.