Desde la semana pasada se venía anunciando la llegada de una gota fría que afectaría a la provincia de Valencia y, pese a que el fenómeno ha dejado lluvias en todo el territorio, no ha sido lo que muchos esperaban: fuertes precipitaciones durante días, inundaciones, cauces desbordados, calles anegadas... ¿Por qué? ¿Qué ha pasado?

La respuesta la tiene José Ángel Núñez, jefe de Climatología en la sede que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantiene en la Comunitat Valenciana. "Hemos vivido un patrón clásico de tormentas de septiembre, cuando hay entornos favorables para que se produzcan lluvias intensas pero de corta duración y que afectan a una zona reducida del territorio, a diferencia de una 'gota fría' clásica, que se caracteriza por precipitaciones extensas e intensas durante un largo período de tiempo". Es decir, si la situación meteorológica que acabamos de superar se hubiera producido en un mes o dos, es muy probable que el escenario fuera otro pero, en septiembre, las tormentas (por regla general) son especialmente singulares por su incertidumbre y porque suelen ser cortas, intensas y muy locales.

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La gota fría llena la Comunitat Valenciana de agua

Además, en este caso, el temporal ha descargado un gran volumen de agua en el mar. De hecho, el pasado viernes, las trombas marinas recorrieron buena parte del litoral de la Comunitat Valenciana de sur a norte, conforme avanzaba la tormenta en esta misma dirección. El agua cayó fundamentalmente en el mar, aunque en ocasiones la tormenta penetró en tierra y dejó precipitaciones allí donde tocó terreno firme. "En septiembre, con inestabilidad marítima, las tormentas se disparan en el mar, pero si no hay un mecanismo potente que guíe esas tormentas hacia tierra, la convección nace y muere en el mar. Y eso es lo que hemos estado viendo estos días", explica José Ángel Núñez.

Septiembre es probablemente el período del año con más incertidumbre y en el que más cambian las predicciones porque cualquier mínima variación, puede suponer una modificación sustancial de la situación atmosférica. Una característica típica de las tormentas que se registran en este mes es "la torrencialidad": tormentas "muy intensas pero de dimensión reducida, con "fenómenos muy violentos" donde descargan aunque, "a pocos kilómetros, apenas ocurre nada".

Un ejemplo es lo que ocurrió el 28 de septiembre de 2012, cuando se registraron lluvias torrenciales en el oeste del área metropolitana de València que anegaron Quart de Poblet y el entorno del aeropuerto de Manises, donde cayeron casi 200 litros por metro cuadrado en menos de dos horas, mientras que a poca distancia de allí, en el campus de la Universitat Politècnica de València, apenas se recogieron 13 litros de agua.

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Xàtiva sufre rachas de viento 110 km/h

Xàtiva sufre rachas de viento 110 km/h

Predecir dónde van a caer esas lluvias tan intensas, "incluso a muy corto plazo", no es posible con los medios que existen en la actualidad, según revela el jefe de Climatología de la Aemet en la Comunitat Valenciana, José Ángel Núñez. Lo correcto es realizar un pronóstico "en las zonas en las que haya entornos favorables para que se produzcan lluvias torrenciales" y advertir a la población de que pueden darse este tipo de fenómenos. Por eso, durante estos días las alertas se han sucedido una tras otra en la provincia de Valencia auque, finalmente, sólo se han registrado precipitaciones de importancia en algunos puntos, como Xàtiva, Godelleta, Silla o Almussafes.