Un grupo de investigadores internacionales, entre los que se encuentra el valenciano licenciado en Medicina e Historia Domingo Carlos Salazar ha descubierto relaciones genéticas entre las poblaciones de América Central y del Sur.

Salazar, que trabaja actualmente como Ikerbasque Fellow en la Universidad del País Vasco, destaca en declaraciones a Levante-EMV que «hasta ahora se sabía que el primer linaje entró desde Siberia hasta Alaska, pero ahora se han analizado muestras de ADN y hemos descubierto que hubo tres movimientos».

Esta investigación, publicada en la revista Cell, señala que los primeros datos de ADN demostraban que se había producido una rotación de la población y, a través de este estudio, se ha podido observar que los restos genéticos asociados con la cultura arqueológica de América del Norte, también conocida como Clovis (el movimiento más antiguo), se encontraban también en Brasil, Chile y Belice hace 11.000 años.

«Hace 9.000 años este linaje desapareció y se produjo una nueva sustitución», señala Salazar. Por lo tanto, la población que difundió la cultura Clovis también tuvo un impacto en el sur, aunque «esta falta en los sudamericanos posteriores, existiendo una documentación de un reemplazo poblacional en todo el continente». Estas conclusiones destacan que la cultura Clovis se difundió en varios lugares de América.

Además, la investigación ha descubierto una conexión entre la población de California y de los Andes centrales de hace 4.000 años, «aunque no hemos encontrado una explicación cierta debido a sus diferencias arqueológicas». Esta conexión posiblemente es el resultado de la propagación de personas.

Para llevar a cabo estos resultados, el equipo ha analizado el genoma de 49 individuos de América Central y del Sur, entre los cuales existen restos de hace 11.000 años, mientras que los anteriores genomas estudiados no superaban los mil años. Al comparar ambos resultados, obtuvieron nuevos conocimientos en torno al tema.

Actualmente, los jóvenes de América del Sur no comparten descendencia cercana a Clovis, que sí que caracteriza a las personas más mayores. Los investigadores destacan que hubo un reemplazo poblacional en todo el continente hace menos de 9.000 años.

Sin embargo, estas similitudes dentro del continente contrastan con Eurasia Occidental y África, donde no hubo tanta continuidad entre sus habitantes.

Frentes abiertos

Este estudio es la base de todos los descubrimientos que pueden surgir en el futuro. Sin embargo, el valenciano explica que «todavía existen zonas de América, en las que el ADN no está analizado como es el Amazonas y, por ello, es complicado conocer la vinculación entre estas áreas».

«Estamos más cerca de conocer de dónde viene la especie humana y los movimientos que ha realizado a lo largo de la historia, pero, en materia de ADN, los resultados son más complejos», recalca Salazar.