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Doble cita electoral

La complejidad para votar desde el extranjero dificulta la participación

El voto se facilita previa inscripción en el Registro Consular y con plazos más ajustados - «Han conseguido que mucha gente no vote», explica una afectada

La complejidad para votar desde el extranjero dificulta la participación eduardo ripoll

A las citas electorales del 28 de abril y del 26 de mayo están llamados a votar 3.657.109 valencianos. De ellos, 108.655 residen en el extranjero, tanto de manera permanente como temporal. A ellos habrá que sumar los que por distintas circunstancias se encontrarán fuera de su domicilio habitual en cualquiera de las dos fechas electorales, que tendrán que votar por correo.

El 5 de marzo, tras la convocatoria oficial de elecciones generales y autonómicas en la C. Valenciana, la Administración se puso manos a la obra para armar, una vez más, la estructura que requiere votar desde el extranjero.

Los valencianos que estén viviendo fuera de las fronteras españolas por un periodo menor a un año deben estar inscritos en el Registro de Matrícula Consular, y de tratarse de una residencia permanente, también tendrán que darse de alta en el Censo Electoral de Residentes Ausentes (CERA).

Los valencianos tendrán que solicitar dos veces el voto; uno para cada convocatoria. Tendrán hasta el 30 de marzo para hacerlo. A partir del 2 de abril se enviarán las papeletas a todos aquellos que lo hayan solicitado y será durante el 24 y el 26 de abril cuando tengan que depositar el voto en el consulado español de la ciudad de residencia. El día 27 se enviarán los votos a las Juntas Electorales Provinciales.

Este sistema lleva en activo desde 2011 y se ha llevado por delante buena parte de la participación extranjera. En los últimos comicios de junio de 2016, había 1.924.021 españoles residentes fijos en el extranjero. Votó un 6 % de ellos. Cinco años antes, sin haber aplicado la reforma, lo hizo el 31 % de ellos.

Como datos valencianos, 62.499 valencianos solicitaron su voto en los diferentes consulados del mundo en 2015. Correos llevó a las mesas electorales 48.717 papeletas. Cerca de 15.000 votantes se quedaron a medias con los trámites.

Este año, Clara Crespo se estrena en la burocracia. Es valenciana pero vive en Florencia, aunque tuvo que desplazarse hasta el consulado español en Roma para solicitar las papeletas dado que en Florencia les comunicaron que no estaban habilitados para la burocracia electoral.

Un malentendido porque en Roma les avisaron que sí que podrían hacer los trámites desde Florencia. «Han conseguido que muchísima gente no vote porque tiene que hacer un gran esfuerzo», señala. Sin embargo, ella se desplazó de una ciudad a otra para ejercer su derecho a voto. Ahora se encuentra a la espera de que envíen las papeletas antes del 10 de abril.

«Es un problema combinado. Hay que encajar el proceso electoral con todas las garantías que necesita la emisión de votos», señala el profesor Carlos Flores Juberías. El catedrático es experto en Derecho Electoral y señala el trámite burocrático como principal escollo a salvar: es el votante quien tiene que interesarse en solicitar el voto y, además, votar antes que en España.

Una comisión interministerial ha trabajado en una reforma durante dos años para agilizar los trámites. Finalmente, el PP votó en contra y la reforma encalló. Una de las medidas que proponía Podemos era la distribución de papeletas en blanco para evitar demorar el proceso pero, según Flores, «no se puede votar a ciegas». Otra quería eliminar la certificación del correo pero iría contra las garantías porque no acreditaría la emisión del voto.

Una experiencia complicada

En el caso de Carlos Tolsà, valenciano que reside en Barcelona, se quedó sin votar en 2016. «Pedí el voto y nunca me llegó la notificación. Tras varias visitas a Correos, se había traspapelado y se pasó el plazo para votar por el desorden interno de la Administración».

Tolsà se reconoce implicado políticamente y la mala experiencia anterior le lleva plantearse pasar el fin de semana en València y cerciorarse de que su voto se emite. En el caso de Carla Pitarch, también residente en Barcelona, ha decidido empadronarse en la Ciudad Condal. Al no haberlo hecho antes del 1 de enero de 2019, tendrá que solicitar el voto por correo para las generales y las autonómicas.

El caso de Patricia Oltra será común. Estará en Buenos Aires el 28A. Ha solicitado el voto por correo pero aparece otro problema: deberá recogerlo a partir del 8 de abril, pero ya no estará en la ciudad y no puede recogerlo nadie en su lugar para podérselo enviar a Argentina y enviarla papeleta. Se quedará sin votar.

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