Nunca me han gustado las noticias y manifestaciones extremadas, alarmistas, sobre el cambio climático. Precisamente estos días leo un titular, con origen según parece en un informe de las Naciones Unidas, según el cual 1.000 millones de personas en todo el mundo pueden desaparecer en las próximas décadas por efecto del cambio climático. Me pregunto: ¿sabemos lo que decimos? Porque una cifra así es para estremecer.

Se puede intuir la finalidad que se persigue con este tipo de noticas, pero van en contra del rigor científico necesario, imprescindible, en una cuestión como esta de tanta trascendencia ambiental, social y económica. Frente a este tipo de mensajes siempre he defendido que solo cabe, para contrarrestar y devolver sensatez, el rigor de los datos, de los análisis científicos sólidos y bien fundamentados. Esto es lo que ha hecho AEMET en su reciente informe sobre los efectos del cambio climático en España. Un informe elaborado a partir del análisis de los datos de las estaciones meteorológicas principales de nuestro país en las últimas décadas. Y los resultados no dejan lugar a dudas. El ascenso de los valores de temperatura media anual es innegable, lo mismo que el incremento notable de las denominadas «noches tropicales». Y otro dato curioso, que es el que ha despertado más interés mediático: la prolongación del verano en varias semanas, respecto a su calendario «oficial», es también manifiesto. A partir de ahí pueden seguir manifestándose las voces críticas con el proceso de calentamiento climático, pueden continuar los incrédulos de estas tendencias térmicas tan evidentes, pueden manifestarse los agnósticos del papel protagonista que en esta evolución de las temperaturas está teniendo el forzamiento radiactivo originado por los gases de efecto invernadero. Todo esto puede seguir. Pero la fuerza de los datos está ahí. Y cada vez deja menos margen para las dudas. A no ser que haya intereses de algún tipo que quieran tapar la realidad. Lo triste es que todavía en el mundo académico hay personas de este, cada vez más reducido, grupo de incrédulos. Allá ellos. Mis felicitaciones a AEMET por su trabajo serio y riguroso en tantas facetas; también en los estudios de cambio climático en nuestro país.