«La única asignatura que dice la Constitución que hay que enseñar, libre para aceptarla pero obligatoria para ofrecerla, es enseñanza moral y religiosa», aseguró ayer el cardenal arzobispo de València, Antonio Cañizares. El purpurado defendió la religión en las aulas desde una perspectiva amplia que incluye a las confesiones con acuerdos con el Gobierno. «Enseñanza moral y religiosa no quiere decir enseñanza católica, sino también judía, también mahometana y también evangélica, y otras confesiones», recalcó. «Todas están aprobadas y no se puede quitar ese derecho que se tiene a la enseñanza religiosa moral conforme a la convicciones propias de la familias», añadió el arzobispo durante un acto en defensa de la educación concertada dentro de la campaña Yo elijo.

No ha sido hasta este curso cuando el Consell ha incluido la enseñanza de otras religiones en los colegios, y lo ha hecho con un proyecto piloto con seis escuelas con clase de religión evangélica en Paterna, Sagunt y la Vila Joiosa, y otros 7 colegios con asignatura de Islam en Crevillent, Catral y Almoradí. «Es un deber que la clase de religión no sea simplemente una acumulación de datos, sino que eduque en sentido moral y religioso», advierte Cañizares. «Todo centro docente debe ofrecer la asignatura de religión y eso se olvida», lamenta el arzobispo.

«El derecho a la libertad de enseñanza, el derecho de los padres a elegir la educación que quieren para sus hijos y el derecho a la libertad religiosa, son derechos fundamentales que hay que exigir, pues están garantizados por la Constitución y sin ellos no hay democracia», sentenció el cardenal arzobispo. Refrenda así el liderazgo de la defensa de la enseñanza concertada en la Comunitat Valenciana que asumió hace siete meses, cuando impulsó la creación de una Junta por la Libertad Educativa que agrupa a la gran mayoría de la enseñanza privada valenciana sostenida con fondos públicos.

El toque a rebato que lanzó el cardenal a finales de octubre ante, según su palabras, la «emergencia educativa» creada por las políticas el Gobierno de Pedro Sánchez y del Consell del Botànic, ha reunido ya más de 30.000 firmas de apoyo bajo el lema Yo elijo. Este frente común en defensa de la escuela concertada es el mayor que se ha consolidado nunca al aglutinar a las tres diócesis valencianas (València, Segorbe-Castelló y Orihuela-Alicante), la patronal Escuelas Católicas (Escacv), la Federación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos (Fcapa), los colegios de las tres diócesis, las dos universidades católicas -la CEU Cardenal Herrera (CEU-UCH) y la Católica de València (UCV)- y la patronal Federación de Centros Educativos de València (Feceval).

Cañizares considera un éxito la movilización lograda, pero insiste en «no bajar la guardia», pues «hay batalla para rato». «La Iglesia defiende al hombre y el bien común, por eso exigimos los derechos fundamentales recogidos en el Artículo 27 de la Constitución y haremos todo lo posible para que realmente se cumplan», destacó Cañizares. Entre los diez enunciados de este artículo están el que reconoce «la libertad de enseñanza» y que los poderes públicos garanticen «el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones».

El mitrado valenciano, además, hizo un elogio de la figura del recientemente fallecido dirigente socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, quien como Ministro de Educación (1992-1993) desarrolló la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (Logse). «Los centros concertados son una idea muy propia de Rubalcaba, quien decía que eran la mejor manera de cumplir con la Constitución», incidió.