La Diputación de Valencia se constituirá previsiblemente la primera quincena de julio cuando todos los ayuntamientos estén confeccionados. Sin embargo, los dos grupos que dirigirán la institución se sientan hoy a hablar con un propósito: continuar y profundizar en lo pactado en 2015. Entre otras cosas, adelgazar las competencias de la corporación provincial.

Como el Botànic, comenzarán con el «qué» antes que con el «quién» y, entre otros asuntos, quieren retomar el compromiso que, aunque se ha repetido por activa y pasiva que estaban en ello, en la práctica no ha tenido ningún efecto. La diputación gestiona los 432 millones de los que dispone y no se ha transferido ninguna competencia a la Generalitat.

De esta forma, tanto PSPV como Compromís refrendan la exigencia de Podemos en las negociaciones del Botànic de incluir en el acuerdo la aprobación de la ley de las diputaciones con el fin de vaciarlas. Sin una reforma de la constitución no es viable suprimirlas, pero para los morados es suficiente con el compromiso de materializar el vaciado en una ley que se peleó durante toda la legislatura.

Su tramitación se llevó a cabo a pocas semanas de disolver las Corts, pero entonces los socialistas la frenaron. Por ambas partes insisten en que se trata de «continuar con las líneas de los últimos cuatro años» aunque, pese a las palabras, ni Compromís ni el PSPV han pasado a los hechos.

Sin embargo, ahora los socialistas podrían tener menos reticencias a recortar competencias provinciales porque en la institución los diputados elegidos son de la cuerda de la secretaría provincial que dirige Mercedes Caballero, afín a José Luis Ábalos.

Esta familia del partido se impuso en la elección de buena parte de los diputados provinciales, como marcan los estatutos, para disgusto de la dirección de país. Ahora, los socialistas en las Corts podrían tener más interés en reducir el peso que los abalistas tienen en la diputación. Se trata de disminuir la estructura y transferir esas competencias a la Generalitat, aunque todavía no está claro cómo porque dependerá, en primera instancia, del acuerdo entre los socialistas y la coalición valencianista y, después, de la negociación que establezcan con la Generalitat, que debe disponer tanto de personal como de recursos para asumir nuevas cargas.

Qué se puede transferir

Aun así, fuentes socialistas insistieron en que se ha adelantado «bastante» aunque queda por hacer. El detalle «no está sobre la mesa» porque no está claro qué se puede transferir. Cabe recordar que el Tribunal Superior de Justicia anuló dos decretos de coordinación de Turismo y Deportes que impulsó la Generalitat al entender, precisamente, que invadían competencias provinciales.

Pese a todo, las fuentes consultadas señalan ejemplos como es el Hospital General. Aunque la titularidad es provincial, podría ser transferido a la Conselleria de Sanidad. Lo mismo ocurre con los museos de la diputación como La Beneficiència o el MuVIM, que podrían pasar a ser de Cultura. El conseller Vicent Marzà aseguró en abril que en la próxima legislatura la Generalitat asumiría «las principales instituciones culturales de las diputaciones».