Si Puig adelantó las elecciones autonómicas, Oltra le retrasó la investidura. Muchas de las decisiones que se han tomado en los últimos días en la política valenciana se explican con esa frase.

La herida que en la vicepresidenta provocó el avance electoral de las autonómicas decretado por Ximo Puig el pasado 3 de marzo no ha cicatrizado. Ayer apareció entre líneas en muchas de las frases que la lideresa de Compromís pronunció en la réplica al discurso de investidura del presidente.

Oltra dejó su escaño en el banco del Consell para sentarse en el de síndica momentánea de Compromís y responder a Puig. Ferri le dejó el escaño y se sentó a su lado, lo que llevó al diputado Juan Ponce a la bancada de Podemos. La portavoz de Compromís exigió al presidente más lealtad al Pacte del Botànic. Si el lunes Oltra se atribuía que Compromís ha sido el partido que ha actuado con mayor generosidad en las negociaciones del Botànic II (es el que más ha cedido para encajar a Unides Podem en el nuevo Consell), ayer la lideresa de Compromís se arrogaba que la coalición ha sido también la que mayor lealtad ha mostrado al Botànic. Lo hizo con numerosas críticas veladas a Puig. Según dio a entender, el jefe del Consell no ha actuado con la misma lealtad que ella. Así apeló a esa palabra con mayúsculas, la que significa «cerrar filas siempre, cubrir espaldas; lealtad es razonar el no cuando no se ha podido encontrar el sí. Lealtad es encontrar un silencio con los dientes apretados, pero echar una mano cuando hace falta. Señor Puig, tener Botànic, es hacerlo crecer».

Oltra también reprochó en ese momento que hacer crecer el Botànic es incompatible con que los socialistas pacten con la derecha para arrebatar las alcaldías de Compromís en ayuntamientos como Sueca u Oliva, ambos municipios gobernados por la coalición y donde parece improbable el acuerdo para que la coalición pueda seguir gobernando. «Eso también es Botànic» le dijo al presidente, al que se dirigió en varias ocasiones como «señor Puig». «La lealtad es decir, mirándose a los ojos, lo que uno piensa, sobre todo en las decisiones importantes o, como decía el poeta; no llorarse las mentiras, sino cantarse las verdades», insistió, con una cita de Benedetti. Con todo, los socios proyectaron imagen de unidad.

El tripartito en bloque se puso en pie para aplaudir el discurso de Oltra. Cuando la vicepresidenta bajó de la tribuna, Puig se abrazó a ella. Después el presidente le respondió en un discurso de pocos minutos, donde puso en valor el camino que ambos han recorrido juntos estos años.

En su intervención, Oltra defendió el comercio de proximidad frente a los «mastodontes» en clara referencia al proyecto de de Intu Mediterráneo y repasó la gestión de estos cuatro años aunque muy centrada en las consellerias de Compromís.

Oltra también habló de la emergencia climática, de la creación de empleo a través del cuidado de personas, de la precariedad laboral y de la necesidad de seguir luchando desde las instituciones contra la desigualdad, con el desarrollo de leyes como la función social de la vivienda o contra la violencia machista.

Reclamación de la financiación

Oltra también llamó a Puig y a Dalmau a recorrer juntos el camino del Botànic II, pero pidió rigor y responsabilidad. También destacó que el mestizaje es una de las claves del éxito del Botànic y el pacto de las tres fuerzas el camino que van a transitar en el futuro las democracias avanzadas «porque la gente tiene muy claro que no quiere mayorías absolutas ni poderes despóticos», dijo.

También reclamó una financiación justa para la Comunitat Valenciana y dejar de ser ciudadanos de segunda «y no ser los últimos de todos», además de una política que vaya más allá del centro y atienda el mundo rural para que allí no tengan que agachar la cabeza. Hizo hincapié en la lucha contra la violencia de género como emergencia social y política en lugar de minimizarla.