Fue la gran promesa de la consellera Ana Barceló en año electoral: crear 307 nuevas plazas estructurales en los centros de salud más saturados de la Comunitat Valenciana para mejorar las condiciones de trabajo de los profesionales y aliviar los retrasos que sufren los pacientes. Su ejecución, sin embargo, ha sido más que accidentada y pasado medio año desde que la promesa se lanzara todavía no se han cubierto ni la mitad de las plazas y para la otra mitad habrá que esperar al último trimestre del año.
Es la nueva fecha confirmada por la administración sanitaria después de que la llegada de los primeros 141 profesionales (entre médicos, pediatras y personal de Enfermería) de las dos primeras «hornadas» se haya venido retrasando sistemáticamente desde febrero. Así, y según fuentes de la Conselleria de Sanidad el grueso del personal de refuerzo (166 profesionales de las tres categorías de los 307 nuevos puestos creados) no se incorporarán a trabajar hasta el último trimestre del año cuando, a finales de marzo la fecha prevista de incorporación era el mes de mayo.
Los problemas administrativos de creación y autorización del presupuesto para estas plazas han marcado el proceso. Sin embargo, una de las claves del retraso hay que buscarla en la realidad de la Atención Primaria en España: no hay suficientes médicos especialistas de Familia y de Pediatría para cubrir la demanda.
Este fue el motivo de que sobre todo el segundo expediente (para 54 de las 307 plazas totales) se tuviera que retrasar hasta el verano para aprovechar que los médicos residentes terminaban su formación y podían incorporarse directamente.
La carencia es tal (y se produce anualmente) que este verano se han vuelto a dar casos de plazas cubiertas por médicos que no tenían la especialidad de Familia y muchos médicos generalistas siguen atendiendo a niños sin tener la especialidad en Pediatría.
Enfado de los médicos
Los continuos retrasos han sido un nuevo punto de fricción entre sociedad científicas, sindicatos y la Conselleria de Sanidad. Las protestas de principio de año se atenuaron algo a raíz de la promesa de la consellera de crear nuevas plazas y, sobre todo, por la creación de grupos de trabajo para incorporar nuevas ideas de cómo mejorar la situación de los centros de salud, con una presión asistencial que deja agendas diarias de 40 y 50 pacientes por profesional y poco tiempo para atenderlos.
Sin embargo, los continuos retrasos han dejado una sensación de «decepción» que se repite ahora en verano cuando las condiciones de trabajo se recrudecen al no cubrirse todas las vacaciones ni bajas de los especialistas lo que aprieta todavía más las agendas de los que trabajan.
«Han pasado ya los primeros 100 días de gracia del nuevo gobierno y seguimos con todo paralizado. No tenemos ni el organigrama completo y a nosotros nos llevan retrasando una entrevista necesaria desde principios de julio», criticó el presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, Svmfyc, Aurelio Duque.
Dónde han ido
Escuchando las protestas de los profesionales y tras hacer un estudio de las zonas de salud con mayor presión asistencial, la Conselleria de Sanidad decidió que las primeras 87 nuevas plazas (47 médicos, 21 pediatras y 19 enfermeros) se crearían en aquellos centros de salud con más problemas y un cupo de más de 1.700 pacientes por cada médico (de los departamentos del Arnau, Clínico, Doctor Peset, Sant Joan de Alicante u Orihuela).
De todos ellos, el departamento de salud de València-Arnau de Vilanova-Llíria (con el centro de salud de Bétera) era el que más carencias tenía y en él se crearon hasta 15 nuevas plazas de las tres categorías. Gracias al segundo expediente, con 54 plazas, se pretendía aliviar los ambulatorios con una presión de 1.600 tarjetas. En la tercera, la más numerosa y que se retrasa, se crearán plazas en centros con cupos de más de 1.500 tarjetas.
