Óscar necesita un apoyo constante en el instituto para que su inclusión sea real y no ficticia. Lo pidieron sus padres y lo ha dictado un juez en sentencia, tal como publicó Levante-EMV. Sin embargo, el joven - con TEA (Trastorno del Espectro Autista) y altas capacidades- acude a las clases ordinarias sin ese apoyo específico que le ayuda en sus interacciones sociales. El apoyo de la Conselleria de Educación ni está ni se le espera y además, la conselleria le niega la presencia de su asistente personal en las aulas, al ser una figura ajena a la docencia. La familia agradece al IES Veles e Vents de Torrent "el esfuerzo" que está haciendo "para poder atender a Óscar sin la presencia de los apoyos a los que tiene derecho y que, además, ha ordenado un juez". En la sentencia, que es pionera en la Comunitat Valenciana, sin embargo, el juez no especifica cuáles serán esos recursos sino que afirman que el joven tiene derecho a los "apoyos necesarios que precise".

Sin embargo, desde la Conselleria de Educación le han asegurado a la familia "que no destinarán a nadie para que acompañe a Óscar durante todo la jornada lectiva que es lo que necesita. Y así, tendremos problemas seguro porque lo que mi hijo necesita es a una persona que lo acompañe en sus interacciones sociales. La conselleria no nos da ese apoyo pero tampoco permite la figura del asistente personal en las aulas ¿entonces? ¿qué inclusión es esta?". Es la voz de juan Diego Rodríguez, el padre de Óscar, un hombre luchador que no dudó en exigir ante la justicia lo que le negaba la administración y seguirá peleando "para que mi hijo tenga una educación en las mismas condiciones que el resto. Si él necesita apoyo hay que proporcionárselo". Eso es, precisamente, lo que refleja la educación inclusiva en el papel, aunque la realidad sea bien distinta.

Juan Diego ha sido de lo más previsor. Habida cuenta de que su hijo pasaba al instituto y de que el juez había ordenado que acudiera a clase "con los apoyos necesarios y razonables", el hombre contactó con el IES antes de verano para ver qué apoyos tendría su hijo. "Tuvimos una reunión, les presenté al asistente personal que trabaja con mi hijo desde hace 4 años y trabajamos sobre el perfil de Óscar y sobre los apoyos educativos que necesita y que debía enviar conselleria. Llegó el 9 de septiembre y como los apoyos no habían llegado, Óscar fue a clase con sus asistente personal y no hubo incidencias", explica.

Sin embargo, la figura del asistente personal lo paga la familia de su bolsillo ya que el recurso está pedido (a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas) pero aún no ha sido concedido. Por ello, el 16 de septiembre, Juan Diego envió un correo electrónico al inspector de zona en el que le indicaba "que el recurso que tenía que poner educación no estaba" y que "el asistente personal la estaba financiando yo porque la ayuda no estaba aún concedida con lo que no sabía cuanto tiempo podría mantenerla".

La intención de Juan Diego era agilizar los trámites pero la respuesta de la Conselleria de Educación fue inmediata y bien diferente a la esperada. Al día siguiente (17 de septiembre) la Conselleria de Educación ordenó al centro que prohibiera la entrada del asistente personal al instituto por no ser personal docente. Eso sí, dieron un día de margen. Así, desde el pasado 18 de septiembre Óscar no tiene apoyo alguno en el centro, más allá de los esfuerzos del propio instituto por darle la mejor atención posible en un centro con escasos recursos generales para la inclusión y ninguno específico para este alumno. Su padre insiste y pide que, si no le ponen los apoyos educativos que necesita (o hasta que éstos lleguen) el Consell le permita a su hijo asistir a clase con su asistente personal.

Que la Conselleria de Educación impida la entrada en las aulas del asistente personal choca con una figura y ayuda (la del asistente personal) que la Conselleria de Igualdad está potenciando. Es más, desde Igualdad anuncian la creación de la figura del "asistente terapeútico recuperador infantil", que se centra en "posibilitar una vida independiente y autónoma, trabajando en el impulso necesario de todas las capacidades y fortalezas en la primera etapa de la vida, recuperando destrezas, fomentando la integración, rehabilitando las mejores condiciones neurofisiopsíquicas con una mirada bioética que fortalezca de forma sustancial el proyecto de vida de los niños y niñas en situación de dependencia, ofreciendo un amplio abanico de tratamientos que le permita alcanzar la mayor independencia posible en su vida diaria, y contribuyendo a la recuperación de las enfermedades y/o adaptación a las diversidades funcionales que padezca".

El padre de Óscar afirma que cada día que su hijo pasa solo en el instituto es una piedra en su camino para la inclusión. "Mi hijo necesita un apoyo constante, a su lado, en las clases. Tras la batalla judicial hay que seguir peleando y no puedo entender como la conselleria de Educación no da los apoyos que dijo el juez y tampoco permite la entrada al instituo de una figura que potencia la Conselleria de Igualdad", afirma Juan Diego. Y sigue esperando. Y cruza los dedos. "De verdad que no lo entiendo", concluye.