Para que se desbloquee un compromiso eternizado en el tiempo ha tenido que ocurrir una «situación trágica», como ayer definió la consellera de Agricultura, Transición Ecológica y Emergencia Climática, Mireia Mollà, el vertido diario al río Clariano de millones de litros de aguas residuales sin tratar como consecuencia de la rotura de los principales colectores de Ontinyent a raíz de la DANA. Pero nunca es tarde si la dicha es buena. Y Mollà se desplazó este miércoles a la capital de la Vall d'Albaida no con las manos vacías, sino arrastrando tras de sí un «paquete de medidas» valorado en 5 millones de euros con el que la administración autonómica quiere articular la «solución definitiva» a una problemática que la consellera asumió como una «asignatura pendiente desde hace años».

De momento, en cualquier caso, la solución provisional de emergencia anunciada el pasado viernes con una inyección de 1 millón de euros ha permitido, en un «tiempo récord», restablecer con éxito el servicio en la depuradora de Ontinyent-Agullent, que ha comenzado a recibir aguas residuales urbanas. Además, la parte más importante de los vertidos que hasta el martes terminaban en el río ya está siendo canalizada y se ha reparado la conducción destruida que evacuaba aguas industriales de forma directa.

La gota fría evidenció una situación anómala y propia de otro tiempo como es el emplazamiento del colector general de Ontinyent pegado al cauce del Clariano. Modificar el trazado para desterrarlo de esa ubicación era algo que se contemplaba, pero ahora se ha convertido en una prioridad. Mollà prometió «agilidad» y avanzó que hoy mismo reunirá una comisión mixta formada por técnicos de la Entidad de Saneamiento (EPSAR) y de la diputación, a través de la empresa Egevasa, para trabajar sobre las actuaciones estructurales que se desarrollarán en los próximos meses con la mirada puesta en «evitar futuras afecciones».

Eso sí, la consellera lanzó un aviso a navegantes al advertir de que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) «ha de asumir sus competencias» y al indicar que su departamento deberá «repercutir y negociar» con el organismo de cuenca para que la obra final «no solo dé una solución al colector, sino que favorezca una integración paisajística y genere un entorno no peligroso para el disfrute de los vecinos de Ontinyent». «En una situación de emergencia climática, los episodios de lluvias como los de la DANA van a ser recurrentes y tenemos que solucionar todas las vulnerabilidades surgidas», ahondó la consellera. Mollà y el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, intercambiaron agradecimientos por la rápida respuesta y el «eficiente» trabajo de coordinación entre administraciones, dirigido a solventar la crisis de los vertidos contaminantes.