Contra los populismos y las injusticias, por la diversidad y la pluralidad, por el diálogo y el entendimiento, por la confianza en el futuro, por el autogobierno y contra la recentralización. Así puede resumirse el acto institucional del 9 d'Octubre con el que ha comenzado esta mañana la celebración oficial del Día de la Comunitat Valenciana en el Palau de las Generalitat.

Los mensajes reseñados han marcado la breve alocución de la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, previa a la entrega de las distinciones autonómicas, y el más extenso del president, Ximo Puig, el que marca la jornada en el Saló de Corts del Palau, repleto como cada año, con dos invitados destacados en esta ocasion, el ministro socialista valenciano José Luis Ábalos, y el presidente del PP, Pablo Casado, en primera fila del auditorio ambos.

"Parlem, no cridem. Parlem, no callem. Parlem, no monologuem", ha afirmado Ximo Puig en un discurso siempre con resonancias emotivas, pero también abierto a la reflexión: "Ordenar el presente, pensar el futuro y olvidar todo lo malo del pasado", es uno de los mensajes que ha dejado.

"Nuestro discurso es la igualdad", ha dicho también. Y eso significa recordar el "problema valenciano", que ha entrado en la agenda española, "insuficientemente, pero ha entrado", y la injusta financiación valenciana.

Esta sigue como estaba en 2015, cuando la izquierda regresó al poder valenciano, y Puig aquí ha dejado las palabras más firmes frente al Gobierno central. "Necesitamos ya que España salga de la parálisis institucional", ha remarcado. "Necesitamos un Gobierno estable y un Parlamento que entienda la diversidad territorial".

El jefe del Consell ha hablado de reivindicación, pero ha introducido la nota este año de la responsabilidad, en forma de aviso contra el uso partidista de la lucha por una financiación justa. Ha llamado a combatir la demagogia y la competencia desleal en los impuestos que realizan algunas comunidades (Madrid es la señalada).

Y así ha llegado a la condena de las "tendencias recentralizadoras" que "contagian" a un espectro de la política española. Ha defendido el autogobierno valenciano y el Estado de las Autonomías, del que ha pedido su transformación para hacerlo "más justo".

Puig ha sido especialmente contundente en esta defensa de las singularidades de los territorios de España y la igualdad de las personas que la habitan. "La paciencia tiene un límite", ha llegado a decir sobre el retraso en las transformaciones en esta cuestión. "De ese entendimiento depende nuestro futuro", ha subrayado.

De trato justo, de igualdad legal y real, de bienestar y calidad de vida de los ciudadanos de la Comunitat Valenciana con independencia de su origen, de acuerdos y de afectos, ha hablado también Oltra en sus palabras en un salón que, como ha recordado (Casado miraba con admiración sus pinturas y artesonado antes del acto) es símbolo del autogobierno valenciano.