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Atrapados entre el bloqueo político y el hastío electoral

El prolongado clima de inestabilidad en Madrid y la sucesión de citas con las urnas dejan en suspenso las reivindicaciones valencianas y generan frustración en un Govern del Botànic II que lucha por salir de las arenas movedizas de la ausencia de Gobierno

Atrapados entre el bloqueo político y el hastío electoral

No es la primera vez que el fango electoral embarra la conmemoración del Nou d'Octubre. Ocurrió en 1982 y en 1989, cuando hubo elecciones apenas unas semanas después del Día de la Comunitat Valenciana. Pero nunca antes en 40 años de democracia la cita con las urnas había venido precedida de otras tres convocatorias previas en un margen de menos de un lustro de diferencia. A falta de un mes para el 10N, el bloqueo en el que vive sumido el Gobierno Central después de un periodo de inestabilidad, desazón e incertidumbre política sin precedentes configura el clima dominante de la fecha en torno a la que comenzó a fraguarse la identidad valenciana.

Mientras tanto, la Comunitat vive su particular Atrapado en el tiempo. Poco ha cambiado en la agenda territorial en el último año. El Govern del Botànic avanza por su segunda temporada, con un tercer actor protagonista (Unides Podem) en juego, pero la falta de una correlación de fuerzas progresistas en Madrid dificulta la materialización del proyecto común.

Pedro Sánchez ha vuelto a visitar València en la víspera de la festividad, con la interminable promesa de la reforma de la financiación autonómica a cuestas, la misma que lanzó hace un año en el acto institucional del Nou d'Octubre.

Pero el último plazo que dio el presidente en funciones para cumplir su compromiso, de cuatro años, volvió a resultar descorazonador. El rechazo a los Presupuestos Generales del Estado y las continuas turbulencias en Madrid siguen posponiendo el cambio de modelo, a tiempo que han paralizado un cuantioso volumen de inversiones en suelo valenciano, abocando a la Generalitat a practicar ajustes en el gasto por importe de 365 millones de euros. Un tijeretazo que ha puesto a prueba el matrimonio entre los socios del gobierno autonómico y ha reavivado antiguas tensiones latentes.

De fondo, de nuevo, la idea del eterno retorno. El historiador Rafael Narbona identifica múltiples paralelismos entre un pasado lleno de agravios y el actual panorama de obstrucción de los intereses valencianos. «Toda la trayectoria histórica de València y su reino se corresponde con la de un pagano, la de un contribuyente mal reconocido o respetado. El papel de contribución financiera y fiscal al estado de la Corona de Aragón, al de los Austria o a la España contemporánea no ha encontrado nunca reciprocidad en inversión en infraestructuras», indica el catedrático de Historia Medieval.

«Desde el siglo XV se observa un crecimiento sin freno de la contribución de la ciudad hacia la Corona de Aragón para soportar los gastos de las campañas internacionales». Entre 1426 y 1472, Narbona cifra en 3,5 millones de sueldos las contribuciones fiscales votadas en las Corts Valencianes para apoyar a la monarquía, importe que se duplicó durante el reinado de Fernando el Católico, sin que ello tuviera la «correspondencia» de la Corona. Un «déficit de atención» que, según el historiador, «es una constante histórica».

«Ahora no tenemos todavía la autopista del Mediterráneo ni el corredor, el Estado español no cumple con la financiación que corresponde por habitante y todo son préstamos a cambio de devolver intereses», sentencia Narbona. Una frase del Conde-Duque de Olivares ilustra la actitud del poder central cuando los valencianos amagaban con protestas: «Tenemos a los valencianos por más muelles». «Aquí tragábamos con todo», concluye el historiador.

La mejora de la financiación impregna otro año más el discurso de los rostros más visibles en las Corts con vistas al 9-0. Los partidos que comparten el Ejecutivo autonómico hacen bandera del Botànic como ejemplo de estabilidad y unidad de las fuerzas. «Todos los 9 d'Octubre sirven para recordar lo que perdimos hace muchos años y lo que hemos recuperado. Hemos recuperado derechos y nuestra fortaleza como autonomía», destaca Manuel Mata, síndic del PSPV.

Pero el contexto no ayuda. «No ayuda la situación generada por la suma de independentistas, PP y Ciudadanos que tumbaron el presupuesto de 2019; como tampoco que haya unas elecciones, pero sí que ayudará que en el Botànic no nos hagamos daño y seamos capaces de articular una mayoría en España progresista, que cambie el modelo de financiación injusto y abogue por una solución valenciana», resalta el socialista.

«En un contexto de bloqueo político a nivel estatal, los valencianos y valencianas podemos estar satisfechos de contar con un gobierno estable que continúa mejorando la vida de las personas con políticas valientes», profundiza el portavoz de Compromís, Fran Ferri, que llama a «poner en valor el Botànic» de cara al 10N. «Hemos de decir claro que en Madrid hay que apostar por el diálogo y por el acuerdo; hay que pensar más en las personas y menos en las siglas de los partidos». El síndic valencianista defiende la alianza con Más País y otras formaciones de ámbito estatal«para conseguir una financiación justa que nos permita continuar apostando por la educación, la sanidad, las políticas sociales, la innovación y la transición ecológica».

«Este 9 de octubre volveremos a salir para seguir reivindicando un autogobierno completo que sigue amenazado por las tensiones centralistas», manifiesta la portavoz de Unides Podem, Naiara Davó. La formación morada, ahora en el Gobierno, reclama su papel en la reconstrucción de las instituciones valencianas, pero insta a «mirar al futuro». «La C. Valenciana será el motor de cambio que modernice España», sostiene Davó, que urge un cambio en el sistema de financiación a través de una reforma constitucional pendiente.

Frente a las tensiones unilaterales de Catalunya y las tensiones centralistas de Madrid, proponemos la alternativa valenciana para un nuevo acuerdo territorial abierto, plurinacional y al servicio de la ciudadanía», plantea la portavoz, que contrapone un Gobierno Central «empantanado y sumido en la inestabilidad» con «la estabilidad progresista» del Botànic, que «aporta certezas y un rumbo claro basado en la justicia, la igualdad y el compromiso con las mayorías sociales». Davó cree que el PSOE debería «mirar más a València» y que es «tiempo de acuerdos y de modernización» por encima de los intereses de partido y de un bipartidismo superado por los acontecimientos.

De la reivindicación a la sumisión

La lectura que hace la oposición de este 9 de octubre es diametralmente opuesta. «Ha habido un cambio radical del inicio de la anterior legislatura a este Botànic II. Si en 2015 Puig y Oltra celebraban este día de todos los valencianos como una fiesta reivindicativa de nuestros derechos como pueblo, ahora se respira una situación de claudicación y sumisión, de agachar la cabeza y esconderse para no dar la cara ante los problemas crecientes provocados por los recortes, en un ambiente de decaimiento y desconfianza mutua entre los socios», opina la síndica del PP en las Corts, Isabel Bonig.

«Este Consell en precampaña es como la casa de los líos: Puig está con quien su jefe Sánchez no quiere juntarse, Oltra ha traicionado a Podemos y se ha ido con otros, y los de Podemos son invisibles aferrados a su sillón. Nadie se fía de nadie en la izquierda y eso se traslada al acto institucional», agrega la dirigente popular, para quien la festividad es «un día en el que los valencianos debemos estar unidos para seguir reivindicando una financiación justa y defendiendo nuestros intereses bajo la defensa del Estatuto y la Constitución».

A juicio del portavoz de Ciudadanos, Toni Cantó, «el día de todos los valencianos» ha de ser «una fiesta inclusiva para todos en la que hay que celebrar la libertad y reclamar unas instituciones que puedan darnos el servicio que merecemos». «Hasta ahora, PP y PSOE no han conseguido la financiación que necesitamos y tenemos que seguir peleando por ella», ahonda Cantó, que hace hincapié en «la importancia de que haya un gobierno constitucionalista que no dependa del populismo y nacionalismo y que nos trate como libres e iguales». Un abanico de visiones para caminar por las arenas movedizas de un escenario desconocido.

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