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La revolución contra la migraña llega en una jeringuilla

Un centenar de pacientes prueban en La Fe y en el Clínico los nuevos anticuerpos monoclonales que prometen aliviar los casos más complicados

La revolución contra la migraña llega en una jeringuilla

Piense en un día en el que le haya dolido mucho la cabeza. Añádale mareos, vómitos, sensibilidad a los ruidos o a la luz, vértigos o alteraciones de la vista como visión en túnel o auras. Imagínese que se despierta así más de quince días al mes y sabrá cómo es la vida de alguien con migraña crónica y la desesperación por encontrar algún tratamiento que realmente funcione cuando el resto de los fármacos han fallado. Ahora, una nueva terapia en forma de pinchazo parece tener la solución para los casos más extremos y que menos responden a los medicamentos.

Esta trastorno neurológico, que afecta al 12,6 % de la población, unos 500.000 valencianos es, de hecho, la sexta enfermedad más incapacitante. Pero no todos las migrañas son iguales. Mientras unas personas tienen menos episodios al mes o controlan sus crisis con antiinflamatorios o «triptanes» y con tratamientos preventivos en forma de pastillas, para otras, los días malos son más que los buenos y los fármacos no les hacen (el suficiente) efecto. Tampoco las pastillas preventivas son la solución, ya que les generan demasiados efectos secundarios. Incluso las inyecciones de bótox, lo último en tratamientos, tampoco son suficiente.

Son estos últimos los que, en principio, más van a agradecer la llegada al mercado de esta nueva terapia biológica y no química: cuatro nuevas moléculas que prometen, según los resultados de los ensayos clínicos desarrollados, reducir la frecuencia e intensidad de las migrañas y todo con solo un pinchazo al mes. Los tratamientos están basados en anticuerpos monoclonales que bloquean el desarrollo de la proteína que está relacionada con el aumento del dolor en las migrañas, una terapia que por su diseño tiene muy pocos efectos secundarios ya que está dirigida a tener una única acción.

Esta nueva medicina de precisión, sin embargo, aún no está en el mercado. El año pasado las moléculas recibieron la autorización en Estados Unidos y llevan ya un año comercializándose allí. En Europa, la Agencia Europea del Medicamento les dio hace meses su visto bueno pero los pacientes españoles aún están a la espera de que se cierre un acuerdo con los laboratorios sobre el precio de reembolso, un retraso que no están llevando bien los pacientes de migraña refractaria, la peor de tratar y que se podrían beneficiar de este avance biomédico.

150 pacientes ya lo han probado

«Se les está haciendo bastante largo, sobre todo a los pacientes que ya han probado que les viene bien a través de los ensayos clínicos en los que hemos participado desde el Hospital La Fe y también en el Hospital Clínico de València», según explica el neurólogo Samuel Díaz Insa, coordinador de la Unidad de Cefaleas del Hospital Universitario La Fe de València.

Según el especialista, en esta unidad de referencia en la que se ven parte de los casos más extremos de migrañas, cerca de 80 pacientes han participado en dos ensayos clínicos sobre estas nuevas moléculas «y otros tantos en el Clínico» y al menos un «50 o un 60% de ellos han mejorado muchísimo, además de forma rápida y están esperando que se apruebe cuanto antes para recibirlo».

Todavía se desconoce el precio que tendrán los tratamientos aunque sí es más que seguro que solo se aplicará en el ámbito hospitalario y dado el precio que tiene en otros países, necesitará de la aprobación de comités especializados y de la autorización de la administración para poder llegar a ellos.

«Viendo otros países podríamos decir que el tratamiento anual estará en torno a los 2.000 o 3.000 euros anuales pero hay que tener en cuenta que el volumen de personas que se beneficiarán no será muy amplio. Eso sí, para los pacientes que les funcione significará que de tener una calidad de vida pésima, empezarán a dejar de sufrir», asegura Díaz Insa.

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