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Once horas de viaje para pedir el voto por correo

Cuatro valencianas se desplazan 450 km para ejercer su derecho pese a tener dos consulados en la ciudad rumana en la que residen

Las jóvenes estudiantes en la embajada de España en Rumanía tras solicitar el voto por correo. levante-emv

Las convocatorias electorales sorprenden a muchos españoles que, pese a las dificultades que conlleva estar lejos de sus lugares de origen, no quieren dejar pasar la oportunidad de ejercer su derecho al voto por correo.

Es el caso de cuatro estudiantes valencianas de Periodismo, junto a una madrileña y otra catalana, que se encuentran en la ciudad rumana Cluj-Napoca, en el norte del país, con una beca Erasmus. Pese a ser el segundo municipio más importante y tener dos consulados en el distrito se han tenido que desplazar 450 kilómetros hasta el sur del país para solicitar el voto en la embajada española de Bucarest.

Las seis jóvenes cogieron un tren el martes pasado a las 19.30 horas de la tarde y llegaron en la mañana del miércoles a las 6.30, once horas de trayecto para inscribirse en la delegación y pedir el voto, que tenían de plazo hasta el 19 de octubre.

«Nos hemos inscrito en la embajada y hemos solicitado el voto por correo como no residentes y ahora nos tiene que llegar un correo certificado hasta el 6 de noviembre para poder votar», explica Carmen Alonso, de Navarrés, quien confiesa sentirse frustrada «porque no sabemos si después del esfuerzo realizado vamos a poder votar, no se sabe cuánto puede tardar en llegarnos el correo».

«Hemos preguntado en la embajada si ha ido mucha gente a pedir el voto y nos han respondido que va a haber bastante absentismo», comenta Carmen. Una situación que la joven estudiante atribuye a «lo mal comunicados que están algunos pueblos y ciudades con Bucarest y el tiempo que se necesita para llegar hasta allí», «Nosotras, dentro de lo que cabe, lo hemos tenido fácil porque con el tren que viajábamos no necesitabamos hacer transbordo y, además, al ser de larga distancia tenía camas, pero otras personas lo tienen mucho más complicado», añade.

Después de terminar los trámites en la delegación, las universitarias aprovecharon para visitar lugares y edificios emblemáticos de la ciudad como el Parlamento.

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