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Una noche sin dormir y caras largas tras el "éxito" del Botànic

La negociación para cerrar el presupuesto dejó a varios cargos sin pegar ojo, palabras subidas de tono y malestar creciente entre los socios

Una noche sin dormir y caras largas tras el "éxito" del Botànic Manuel Bruque

Pasadas las 14 horas (con hora y media de retraso respecto a lo previsto), el conseller de Hacienda, Vicent Soler, y la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, comparecieron ante la prensa para explicar las nuevas cuentas de 2020. Unos presupuestos que Soler presentó como un «éxito» del Botànic ya que nacían en un contexto harto complicado: la delicada situación financiera de la Generalitat y la inestabilidad política en Madrid con unas inciertas elecciones a la vuelta de la esquina. Soler dedicó buena parte de su intervención a narrar el desastre que habría supuesto prorrogar las cuentas, una intervención con segundas ya que los socialistas creen que Compromís no tenía interés real en unas nuevas cuentas. Oltra y Soler, sin embargo, guardaron las formas e incluso bromearon entre ellos, pero esa escenografía escondía una larga noche de cuchillos largos.

La tragedia se mascó la noche del jueves cuando la vicepresidenta, tras negociar el incremento del gasto social, pidió retener los fondos del Ivace. Esta petición hizo saltar por los aires la negociación. Según fuentes conocedoras de lo ocurrido, la tensión llegó a ser por momentos insostenible, con recriminaciones subidas de tono y cruce de descalificaciones.

El ambiente enrarecido se trasladó al pleno del Consell, con un enfado poco disimulado, sobre todo, entre consellers socialistas. Cerca de las 13 horas, los miembros del Ejecutivo fueron saliendo del Palau de la Generalitat, uno a uno. Y las caras eran reflejo del este estado anímico. Los rostros de los socialistas eran todo un poema, pero también el de la propia Oltra. En el relato ganó el pulso, pero parecía afectada. Los más felices, al menos, delante de los periodistas, parecían el vicepresidente segundo, Rubén Martínez Dalmau y, especialmente, el titular de Economía, Rafael Climent, que no disimulaba su satisfacción por retener el dinero de Innovación, una pelea que puso a alguno al borde de dar el portazo. En el departamento de Pascual se impuso silencio, aunque el malestar era evidente. «El Consell está roto», apuntaban algunos cargos.

El retraso en cerrar el documento generó también un colapso en Hacienda con tintes rocambolescos. El personal de la conselleria también pasó la noche en vela ya que no pudo terminar de grabar los cambios hasta entrada la mañana, cuando se recibió el «ok» político. El propio Soler, con semblante serio, tuvo que desplazarse a la conselleria para firmar el anteproyecto y una fe de errores para las Corts. Y es que el documento subido a la web de la Generalitat recoge que las controvertidas ayudas de Innovación están en la AVI y no en el Ivace. Aunque en un principio se explicó a la prensa que los fondos se quedarían en Innovación pero los gestionaría Economía, al final,según la vicepresidencia, a través de esta corrección, se hará la transferencia. Un parche que está por ver cómo se gestiona en las Corts.

Mientras Vicent Soler se desplazaba a las Corts, Oltra se quedó por los alrededores del Palau de la Generalitat con su núcleo duro, pero salió a su encuentro cuando lo vio, rodeado de su equipo, encarar la calle Caballeros. Dos besos y una suerte de abrazo sellaron una pelea que cada vez deja más jirones de piel.

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