¿Hay riesgo real de involución del modelo autonómico que ha acompañado a la democracia moderna española? Es la pregunta que dejó en el ambiente el debate de los líderes políticos del lunes por la noche dada la insistencia del candidato de la extrema derecha, Santiago Abascal, en el desmontaje del «fracasado» aparato autonómico y los silencios de los contrincantes de centro-izquierda y derecha.
Es más. En mayor o menor medida, tanto Pedro Sánchez (PSOE) como Pablo Casado (PP) y Albert Rivera (Ciudadanos) han deslizado propuestas en los últimos días que suponen algún paso atrás en el autogobierno de las comunidades: desde medidas para un mayor control de la televisión pública catalana (Sánchez) a una tutela central de las competencias educativas (Casado y Rivera).
Sin que estas tres formaciones cuestionen la estructura autonómica, a tenor de lo visto en el debate, solo la izquierda más radical (Unidas Podemos) estaría claramente en la defensa de la profundización del modelo autonómico y la plurinacionalidad, ideas que, heredadas de la Declaración de Granada, sí permanecen en el programa electoral de los socialistas tras la presión del PSC. Fuera del debate, Íñigo Errejón (Más País-Més Compromís) criticó ayer las renuncias del presidente en funciones al federalismo.
En la periferia socialista, no obstante, algunos ven la realidad de otra manera. Así, el jefe del Consell, Ximo Puig, lanzó ayer un mensaje «en favor de la profundización de la autonomía». «No se pueden aceptar las mentiras que se dijeron» en el debate, afirmó.
El ejecutivo liderado por Puig (PSPV) fue pionero la pasada legislatura en aprobar una propuesta de reforma federalizante de la Constitución. En esa línea se mantiene: «Cualquier mirada recentralizadora va contra la historia y contra los intereses de los valencianos», dijo. «Ningún paso atrás de recentralización».
El redactor de esa propuesta fue el exconseller Manuel Alcaraz, elegido por Compromís. «El bloqueo de verdad es el que se produce entre el Estado autonómico que funciona y las pulsiones autoritarias por la incapacidad de reformar la Constitución. Si el PSOE de Sánchez no tiene más imaginación que apaciguar a las derechas, habrá un desequilibrio», vaticina el profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Alicante. En todo caso, no cree que se desmantelen parcelas importantes.
¿Riesgo real o burbuja?
¿El riesgo de retroceso es real o es una burbuja que se pinchará tras las elecciones del domingo? El exconseller es una de las voces autorizadas a las que Levante-EMV consultó ayer. «La història no puede caminar hacia atrás. Son discursos electorales en un contexto de postsentència del procés para una campaña muy particular», afirma la profesora de Ciencia Política de la Universitat de València Rosa Roig.
El sociólogo y director del Institut Alfons el Magnànim, Vicent Flor, recuerda que una parte de Alianza Popular se abstuvo de votar la Constitución por el título VIII (el de los territorios) y que las encuestas del CIS ofrecen un incremento de partidarios de la recentralización, especialmente en Madrid. «Es consecuencia, a mi juicio, de que la derecha española busca un enemigo interior», sostiene. «La vuelta al centralismo sería una pésima noticia para la convivencia», concluye.
Para el catedrático de Geografía Humana Juan Romero, el modelo autonómico es «lo más parecido que nos hemos podido dar a la realidad socioeconómica, política y cultural de la España diversa». Por tanto, la involución «sería un retroceso histórico que espero que no ocurra. Sería un error que la derecha se dejara contaminar».
En esta línea, la profesora de la Universitat de València Aída Vizcaíno considera que «lejos de la efervescencia del debate, es difícil imaginarse el estado con una configuración territorial de corte unitaria». Admite que se avecina una etapa «complicada» para el proyecto autonómico. «La clave estará en quién recoge su defensa y liderazgo. Y pasará por uno de los dos grandes partidos», asegura.
El catedrático de Constitucional Vicente Garrido niega el concepto de «proyecto autonómico». «Es una realidad irreversible y consolidada. Otra cosa son los disparos que recibe», donde sitúa a Vox y los independentistas. Frente a la recentralización, propone practicar «un autonomismo concertado».
La profesora de Políticas del CEU-Cardenal Herrera Blanca Nicasio cree que la batalla de la campaña está en el centro y, por ello, los grandes partidos huyeron en el debate de las posiciones maximalistas de Vox. Pero pasada la campaña, el modelo de organización territorial deberá afrontarse.
La politóloga Susi Boix no contempla una derogación de las autonomías, básicamente porque implica una modificación de la Carta Magna, pero eso «no significa que no veamos un retroceso en las competencias delegadas».
Lo que sea se verá a partir del lunes. De momento, Alcaraz recuerda que el nacionalismo español siempre ha beneficiado a la derecha desde la Restauración.
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