El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, ha reiterado su preocupación por los ataques sufridos por menores extranjeros no acompañados en los últimos días. «Estos niños y niñas han sido víctimas de mensajes xenófobos y racistas dirigidos a la ciudadanía en los que se criminaliza al distinto, al diferente, al foráneo e incluso se justifican determinadas formas de violencia contra este colectivo», explica en eun comunicado.

Por ello, ha vuelto a hacer un llamamiento al conjunto de la sociedad y muy particularmente a los poderes públicos, formaciones políticas y medios de comunicación, «para que combatan firmemente los mensajes intolerantes y xenófobos que se intentan inculcar entre nosotros».

Y es que Fernández Marugán afirma que «de un tiempo a esta parte afloran mensajes claramente xenófobos y racistas dirigidos a la ciudadanía con un contenido cargado de odio y en los que se criminaliza al distinto, al diferente, al foráneo e incluso se justifican determinadas formas de violencia contra ellos». Eso, a nivel general, ya que en particular «estamos asistiendo a un grado todavía más grave de ataque insidioso dirigido contra los menores extranjeros no acompañados, que se encuentran tutelados en distintos centros de acogida. Estos incidentes, que se vienen produciendo en los últimos días, no pueden volver a repetirse y, para ello, ciudadanos y administraciones tenemos que implicarnos en la lucha contra tales actitudes xenófobas, pues son inamisibles en una sociedad democrática».

Obligación legal y moral

Para el Defensor del Pueblo, «cuidar y atender a los menores que llegan solos a nuestro país es algo que nos incumbe a todos. Es nuestra obligación legal y moral. Es lamentable y falsa la imagen que algunos se empeñan en presentar de estos menores describiéndolos como delincuentes. La realidad es que están solos, lejos de sus hogares y en muchos casos desasistidos, con los peligros que ello conlleva». «Tenemos que protegerles a ellos de la manera más eficaz posible, no protegernos de ellos, porque son los más vulnerables de los vulnerables. No podemos olvidar que por encima de todo son niños y niñas y ellos y ellas nunca pueden ser un problema», añade.

Y es que una institución como el Defensor del Pueblo «no puede permanecer impasible ante estos graves hechos». Por ello, «hemos de hacer un llamamiento a la sociedad en su conjunto, y muy particularmente a los poderes públicos, formaciones políticas y medios de comunicación, para que combatan firmemente los mensajes intolerantes y xenófobos que se intentan inculcar entre nosotros».