La empresa pública Renfe, dependiente del Ministerio de Fomento, ha decidido tirar de ironía para denunciar el gasto que suponen los grafiteros en los trenes de la operadora pública. Para ello expone en la estación del Norte de València hasta el próximo 25 de noviembre «La obra más cara de ARCO» que es «una puerta de un tren de cercanías grafiteada» dentro de la campaña para «la sensibilización social contra los grafitis en los trenes».

La puerta ya estuvo expuesta en febrero en la Feria de Arte Contemporáneo ARCO 2019 y,además, ha obtenido «distintos premios publicitarios por su alta efectividad en la concienciación de este problema». Tras este impacto positivo Renfe ha decidido exponerla en las estaciones como una forma de «sensibilización social que comienza en València y que «continuará su recorrido durante los meses de diciembre y enero por estaciones de Cataluña, Zaragoza, Bilbao, Santander y Madrid».

Las afecciones a los trenes con grafitis no es una cuestión baladí porque sólo durante los primeros nueve meses de 2019 un total de 129 trenes han sufrido estos actos vandálicos, sólo en la Comunitat Valenciana, «lo que supone el 6% del total de estos incidentes a nivel nacional».

Para reparar los trenes afectados Renfe ha tenido que destinar un total de 1,5 millones de euros, sólo en la Comunitat Valenciana. El gasto se desglosa en los costes que supone «la limpieza de los trenes, pinturas, agua disolventes, traslados a talleres o movilización de personas, entre otros conceptos», según explican fuentes de Renfe. Con todo, el número de acciones de grafiteros descendió un 10% en los primeros nueve meses de 2019 respecto al mismo periodo de 2018.

Desde la operadora pública añaden, además, que el 90% de los ataques a convoyes se producen en el servicio de cercanías. Por ello a nivel nacional la compañía pública tuvo que destinar en 2018 un total de 15 millones de euros en toda España para la limpieza de grafitis en los trenes, a lo que hay que sumar «los más de diez millones en gastos de vigilancia y seguridad en las estaciones» para evitar los ataques a los trenes.

Para burlar estos controles y poder acceder a los convoyes desde Renfe explican que «las bandas de grafiteros accionan indebidamente el aparato de alarma de los trenes cuando están en servicio, lo que produce la detención de emergencia del tren, con las conseguientes molestias y retrasos, ya que es uno de los métodos más utilizados».

Para perseguir estos actos vandálicos, la dirección de Seguridad de Renfe «colabora con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, facilitando información y la identificación de los grafiteros, tras detectarlos y sorprenderlos in fraganti y la pertinente denuncia». Además, la figura del técnico en valoración de daños de Renfe y su participación como perito es también fundamental como prueba en los juicios.