El primer discurso de la nueva presidenta del Senado, Pilar Llop, sirvió para situar la legislatura (si llega a madurar) en las antípodas de los horizontes de la extrema derecha. La socialista puso los pilares de su mandato: ahondar en el papel del Senado como cámara de los territorios y promover la igualdad de género y la lucha contra la violencia machista.
Esta segunda idea fuerza podía esperarse, ya que Llop es una jueza especializada en este ámbito, pero la primera sorprendió. A algunos, al menos, ya que ni siquiera entre toda la baronía del PSOE ha cuajado la filosofía federalista cuando la derecha radical se alimenta de la unidad de España.
El president valenciano es uno de los predicadores más fieles del mensaje federalista en el PSOE. Así, el discurso de Pilar Llop ha caído en terreno abonado en el Palau de la Generalitat, que espera que pueda ser trasladado a la realidad y que pretende contribuir a promoverlo.
La tesis de un Senado que pueda avanzar como espacio de representación de las autonomías será uno de los ejes del tradicional discurso de Ximo Puig con motivo del Día de la Constitución mañana en Alicante, según fuentes consultadas de Presidencia.
El debate de fondo es hasta dónde se puede llegar en ese paso federalista sin reformar la Constitución. Puig considera que hay oportunidades. En el PSOE ya hubo un intento en tiempos de mando de Alfredo Pérez Rubalcaba, pero todo ha quedado en teoría hasta el momento. De ahí también el escepticismo de algunos al acoger el último anuncio de la nueva presidenta.
La Declaración de Granada, que es algo así como los mandamientos del socialismo en cuestión federal, habla de «sustituir el Senado por una auténtica Cámara de representación territorial» a través de una reforma de la Carta Magna.
Sin esa modificación constitucional, que con la fragmentación actual del Congreso de los Diputados parece lejana, se puede avanzar en el papel de foro que amplifique los debates territoriales y donde las autonomías puedan tener una mayor representación. Sin embargo, sin esa reforma constitucional, las comunidades (sus representantes) no tendrán capacidad de decisión en las cuestiones que les afecten. Ese es el giro federal que a día de hoy se antoja complicado.
Hay constitucionalistas y políticos que sostienen que, de no adquirir ese papel de auténtica cámara territorial, el Senado es inservible en su versión actual, como mero espacio de refrendo de iniciativas que ya han transitado por el Congreso.
No obstante, y sin llegar a ser tan drásticos, existen órganos que a día de hoy parecen infrautilizados. Por ejemplo, la comisión general de las comunidades autónomas del Senado. Debería ser una de las principales, por no decir la primera, pero languidece sin convocatorias importantes desde hace años.
Puig pidió en enero de 2018 comparecer en ella para explicar la situación valenciana en el sistema de financiación. Nunca ha sido convocado desde entonces, porque prácticamente la agenda desapareció. El líder del PSPV no desiste en esa voluntad. Volverá a renovar ahora la petición de acudir, según fuentes de Presidencia.
Otro foro con margen de actuación es la conferencia de presidentes autonómicos. El Senado es su sede y desde enero de 2017 no existe. Posibilidades, hay.
