La Comunitat Valenciana es una de las cinco autonomías españolas en las que la brecha entre los estudiantes autóctonos y los de origen extranjero es más pequeña, pero ahí está. Sigue estando, y así lo refleja el informe PISA 2018 de la OCDE, que se publicó el martes y el cual deja entrever que aún no se ha alcanzado la equidad en las aulas.

El origen, tanto del alumnado como de sus padres y madres, tiene repercusión en la formación. Según el informe de la OCDE, en la Comunitat Valenciana aumenta hasta en cinco puntos la diferencia del rendimiento entre estudiantes nativos y de origen migrante (con dos padres nacidos en el extranjero), respecto a PISA 2015, lo que la sitúa por encima de la media estatal, de 21,5.

No obstante, a pesar de este dato negativo -que indica que no todos los escolares parten del mismo punto-, esta diferencia de nivel es de las más bajas de España. La Comunitat Valenciana ocupa la quinta posición, por detrás de Andalucía, Cataluña, Baleares y Canarias. Asimismo, el dato valenciano se sitúa por debajo de la media de los 79 países de la OCDE (24,6). El farolillo rojo son Euskadi, La Rioja, Galicia, Navarra y Castilla y León.

La Comunitat Valenciana tiene un 14 % de estudiantes con origen migrante, dato que la sitúa en la novena posición de España y que es ligeramente superior a la media (12,2 %), pero sin alcanzar la cifra de los 79 países analizados (14 %). El informe revela que los grupos migrantes, igual que otros «más desaventajados», «sufren significativamente más acoso que los no inmigrantes» en las aulas. Además, el alumnado migrante tiene el doble de probabilidad de repetir curso que uno nativo, según detalla Save The Children, con datos de PISA. La ONG también incluye la facilidad de pasar de curso, el acceso a una titulación y la segregación escolar (concentración de alumnado desfavorecido) como indicadores que tener en cuenta. Del mismo modo, PISA también constata que el alumnado de origen migrante «tiene significativamente menor sentido de pertenencia a su centro que los no inmigrantes».

Más apoyo y refuerzo

La OCDE considera la atención al estudiantado de origen migrante como un «desafío» lleno de «oportunidades», y destaca que el modo en el que los centros trabajan «tiene consecuencias importantes que influyen en el bienestar económico y social», tanto de los estudiantes como de sus familias.

Rodrigo Hernández, el director de la ONG en la Comunitat Valenciana afirma que la solución para combatir las cifras de la desigualdad pasa por «revisar y reactivar los planes de refuerzo» para los adolescentes migrantes y por «reforzar el conjunto de medidas para evitar la repetición», que afirma que cuesta millones de euros y «no funciona», ya que «desmotiva y puede favorecer al abandono escolar». Además, también ve fundamental la escolarización antes de los tres años, así como facilitar los mecanismos para solicitar una beca.

La equidad educativa está en el cuarto objetivo de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, y mientras PISA 2018 muestra grandes avances en las diferencias de género -en matemáticas, la C. Valenciana es la cuarta en la que hay menos desigualdad por sexos-, en los últimos tres años la brecha sí se ha agrandado desde el punto de vista del origen de los adolescentes.