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Fisuras

La alianza con Ciudadanos traslada la crisis al PP valenciano

El líder alicantino Mazón planta cara a las tesis de Bonig y defiende un pacto autonómico con Cs

La alianza del PP con Ciudadanos promovida por Pablo Casado ha acabado abriendo una brecha en la organización valenciana. El día siguiente de la destitución de Alfonso Alonso como candidato al País Vasco tras las discrepancias en torno al acuerdo con Ciudadanos, el líder alicantino, Carlos Mazón, se pronunció a favor de trasladar este pacto a la Comunitat Valenciana. Mazón defendió «unir sensibilidades» entre ambos partidos para atraer a los votantes con la idea de formar un proyecto que «trascienda unas siglas concretas».

Mazón, presidente de la Diputación de Alicante, habló de generar un «espacio común» y de «ceder protagonismo y visibilidad para multiplicarnos».

Este pronunciamiento en la línea expresada ya por el alcalde de Alicante, Luis Barcala, choca con la postura oficial de la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, que en reiteradas ocasiones se ha mostrado en contra de trasladar esta alianza a la Comunitat Valenciana al razonar que los casos de Navarra o País Vasco eran distintos.

Las declaraciones de Mazón se producen en un momento de debate interno sobre cuál es la mejor estrategia y en el contexto valenciano suponen descolgarse de tesis de la dirección regional.

Lo ocurrido con Alonso vaticina tiempos difíciles para quienes no pueden lucir pedigrí casadista o no están alinieados a la perfección con Génova. Es el caso de la cúpula regional, que en su momento apoyó en las primarias a Soraya Sáenz de Santamaria y a la que le cuesta encajar con las estrategias que diseña la dirección nacional.

El relevo de Alonso y su sustitución por el exeurodiputado Carlos Iturgaiz ha alimentado las voces que apuntan a que, llegado el momento, a Casado no le temblará el pulso para apartar a Bonig de la carrera presidencial. Estos dirigentes sostienen que aunque exista una relación cordial, la presidenta regional no cuenta con la bendición de Casado, quien tarde o temprano lanzará su propio candidato para liderar el partido. Y es precisamente Mazón, a quién Génova avaló para relevar a José Císcar al frente del PP en Alicante, a quienes muchos en el partido señalan como posible sustituto.

La dirección regional trató ayer, sin embargo, de restar trascendencia a las palabras de Mazón y subrayó que no son posiciones contrapuestas. Así, fuentes de la cúpula autonómica indicaron que Bonig no está en contra del pacto y que es consciente de que la fragmentación del centro derecha les perjudica. Matizaron que la posición de Bonig es que ahora no es el momento de hablar de esta alianza en la C. Valenciana, ya que quedan tres años de legislatura y se está haciendo una buena oposición, eso sí, con más sintonía que la pasada con Ciudadanos. En todo caso, esta negociaciones deben hacerse con «tranquilidad, paciencia y de manera discreta».

Mazón, que gobierna gracias al pacto con Ciudadanos en la diputación, animó a sentarse en una mesa de diálogo para «ampliar la capacidad de atracción y las ganas como partidos hermanos y cercanos». «Hay que derrumbar los muros», añadió, al tiempo que daba por hecho que el espacio común «llegará y estamos preparados para hacerlo con generosidad».

Fuentes del PP regional recordaron por su parte que Iturgaiz también apoyó a Santamaria en las primarias. «Hay una trastienda que no conocemos», indicaron.

Sin embargo, la tranquilidad que se trata de trasladar desde el PPCV contrasta con el aviso a navegantes de Casado al apartar al líder del PP vasco en medio de un proceso electoral. Un gesto que evidencia que a los discrepantes les espera una época complicada.

Bonig ha ido modulando su discurso y se esfuerza por no enfrentar con Casado, pero hay cuestiones, en las que no hay coincidencia. Estaría, pues, en la línea del gallego Alberto Nuñez Feijóo, que se ha resistido al España Suma y defiende dentro del partido un discurso centrista alejado del aznarismo. Irá en solitario a las elecciones para tratar de alcanzar una cuarta victoria, el mismo día en que Iturgaiz intente con Ciudadanos que el PP deje de ser irrelevante en el País Vasco. Comparar que estrategia ha sido más exitosa será casi inevitable. Un triunfo de Feijóo podría dar alas a aquellos barones que no han abrazado la fe casadista y que podrían forzar una alternativa. Bonig nada entre dos aguas, pero a diferencia de Feijóo perdió la Generalitat hace cinco años.

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