El goteo de nuevos casos de infectados por coronavirus en España no está cambiando la manera de afrontar la crisis por parte del Ministerio de Sanidad. En la mayoría de afectados se ha establecido la trazabilidad del contagio con lo que se mantiene la gestión en un nivel de «contención», ratificó ayer Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias.

Otros países donde ya se ha perdido el control de la transmisión están tomando medidas para mitigar el impacto, como la cancelación de actos públicos con grandes multitudes. Es lo que lleva haciendo Italia desde hace días, con competiciones deportivas a puerta cerrada o la cancelación de festivales como el Carnaval de Venecia.

Francia se acaba de sumar a estas medidas: prohibición de acontecimientos en recintos cerrados con más de 5.000 personas, y también en abierto cuando puedan congregar a mucha gente procedente de zonas de riesgo.

En España, sin embargo, no se ha llegado a esa fase, pero sí se ha empezado a cuestionar la llegada a España de grandes bolsas de población procedente de zonas de riesgo, como es el caso del norte de Italia, a donde se recomienda no viajar. «Si en Italia no se permite celebrar eventos masivos, nos suena extraño que se permita que 5.000 o 10.000 personas de las zonas de riego vengan a reunirse a España. Tenemos que valorar qué es lo que no tiene sentido hacer», deslizó ayer Fernando Simón.

Lo hizo respecto a un hecho muy particular: la llegada de grandes grupos de hinchas de fútbol italianos, como el Atalanta, para el partido contra el Valencia del 10 de marzo. También hay enfrentamientos previstos con clubes italianos en Getafe y Sevilla los próximos días. Como contó este diario, el aeropuerto de València tiene prevista la llegada de diez aviones chárter con motivo de ese partido.

«Puede haber confusión»

Fue en Milán, en el partido de ida, donde se produjo precisamente el contagio de un periodista valenciano que, a su vez, ha provocado nuevos casos entre sus contactos; y estos, a otros familiares. Respecto a este partido de vuelta, son los Gobiernos de España, Italia y la propia UEFA como organizadora quienes deben tomar cualquier decisión. Cancelar eventos en España «ahora mismo no es una medida generalizada», pero se podría plantear en el futuro. Simón reconoció que hay algunos eventos «peculiares» con los que «hay que tener muchísimo cuidado». «Puede haber confusión entre no recomendar que se cancelen eventos y que a un evento puedan venir personas de zonas donde no se permiten eventos masivos», insistió.

Lo de ayer fue el primer posicionamiento público del Gobierno respecto a controlar la llegada de ciudadanos de otros países. Cabe destacar que no hay ninguna medida restrictiva frente a la entrada de italianos en el país ni de ninguna otra zona de riesgo.

Es algo relevante, teniendo en cuenta su importancia para el turismo local. Italia es el primer mercado de turistas extranjeros para la ciudad de València. Según datos de 2019, los 233.021 turistas italianos fueron, de largo, el mayor grupo de extranjeros, casi el doble de los holandeses o británicos. Durante marzo pasado, por ejemplo, se contabilizaron en Valencia 17.500 italianos. Como mercado, es más de un 10 % del total de visitantes que tiene la ciudad, incluido el turismo nacional. En la misma línea, son también el principal cliente para los hoteles y apartamentos de la ciudad, con 719.653 pernoctaciones.

Las primeras cancelaciones hoteleras esta semana pasada se han dado precisamente de grupos de italianos, pero también de asiáticos (coreanos, chinos, japoneses), aunque en cantidades no preocupantes, apuntaba la patronal hotelera.

Aerolíneas ante la crisis

Obviamente, la industria aérea también vive estos días pendiente de la crisis. Aerolíneas como EasyJet están cancelando vuelos con Italia por la caída de la demanda. Otros, como el grupo de Iberia, están flexibilizando sus políticas de cancelación, y ofrecen cambios de fechas o destino para los billetes comprados antes del 26 de febrero. La medida afecta a la valenciana Air Nostrum, que vuela a Bolonia desde Madrid.

En el caso valenciano, la conectividad entre València e Italia es casi un monopolio de Ryanair. El aeropuerto, al igual que el turismo local, se juega mucho con esta crisis. El grupo irlandés es el mayor operador con diferencia del aeropuerto, y esta aerolínea tiene muchos intereses en el mercado italiano.

El pasado viernes Ryanair confirmaba que todos sus vuelos siguen funcionando con normalidad. No es un mercado menor. En temporada baja, en la que ahora estamos, 65 aviones llegan cada semana a València desde 14 aeropuertos italianos. Las principales ciudades turísticas italianas, del norte o no, están sufriendo un hundimiento de sus reservas turísticas por esta crisis. Lo peor se vive en Venecia, donde se ha cancelado el Carnaval, pero también en Bolonia, Milán, Roma y hasta Nápoles.

En este contexto, cabe destacar que desde Manises se vuela a Bari (2 vuelos semanales); Milan Orio (14); Milan Malpensa (7); Pisa (3); Bolonia (7); Venecia (2); Trieste; Turín (2); Palermo (2); Cagliari (2); Nápoles (3); y a tres aeropuertos romanos (Roma, 7 de Alitalia; Ciampino, 7 de Ryanair y Fiumicino (5 de Vueling). El gigante del low cost capitaliza 53 de estas frecuencias con 12 aeropuertos.