Otro sector que estos días vive una situación dramática es el de los guías turísticos. «O trabajamos ahora o no trabajamos», apunta Iván Llorca, presidente de la asociación de profesionales de la C. Valenciana. En su caso, la estacionalidad es un problema añadido: trabajan básicamente en primavera, y también en otoño, porque estas son las estaciones en las que los grupos toman València. Esto son los clientes de los guías en el 90% de los casos. En verano huyen del calor, y los precios hoteleros, mucho mayores, tampoco incentivan los viajes organizados. «La zona más afectada es la capital, los grupos que más cancelan son italianos, seguidos de franceses, y sobre todo grupo de estudiantes», añade el dirigente. Como en todos los sectores, la incertidumbre acerca de cuánto se prolongará la crisis es un motivo de angustia añadida: «Aún no ha empezado la temporada de cruceros y todavía no se habla de cancelaciones, entre abril y junio viene lo fuerte». En la C. Valenciana se estima que unas mil personas están acreditadas para operar legalmente como guías. De ellas, unas 300 estarían en activo de forma constante. Hay varias empresas ligadas a esta actividad.