La Asociación Profesional de Flores y Plantas de la Comunitat Valenciana cifró ayer en cinco millones de euros las pérdidas económicas por el aplazamiento sine die de las Fallas 2020 para frenar la propagación de coronavirus. La decisión llega «tarde» y de manera «sorpresiva», teniendo en cuenta que «a seis días» de la Ofrenda a la Mare de Déu todas las comisiones falleras tenían «ya hechos los encargos», lamentaron ayer los responsables de este sector, uno de los damnificados por la suspensión de las fiestas.

Cerca de un millón de flores, especialmente claveles rojos y blancos (color predominante del manto de la Virgen de este año) se almacenan desde principios de mes en las cámaras frigoríficas de Mercavalencia, sede de Mercaflor. Las flores destinadas a la elaboración de los cerca de 60.000 ramos de flores que se utilizan para confeccionar el manto de la «Geperudeta» se pidieron hace semanas.

Los proveedores locales no dan abasto para cubrir toda la demanda de flores de la Ofrenda, por eso se tienen que pedir fuera con semanas de antelación. «Hay que traerlas del extranjero», fundamentalmente de Colombia y Ecuador. Parte del género floral para la multitudinaria Ofrenda de fallas también llega de Murcia y Chipiona. A estas alturas, las flores «ya están cortadas» y la mayoría «están aquí desde el 5 de marzo», explicaba ayer el portavoz de la Asociación Profesional de Flores, Gabriel Lliso.

La noticia de la suspensión de las Fallas no por previsible, dadas las medidas adoptadas en otras ciudades españolas, deja de ser un mazazo para las floristerías de la ciudad. Es el caso de Flors la Caseta, floristería situada frente al Hospital Peset que abastece a siete comisiones falleras de los barrios de Patraix y Jesús, que se quedará con 1.000 ramos en su cámara, algunos ya montados y otros por montar.

La suspensión de las Fallas supone un quebranto económico para el sector frente al cual el ayuntamiento anuncia compensaciones. Flors la Caseta tenía cientos de encargos florales para la Ofrenda, desde ramos de niñas a siete euros y de mayores a nueve, hasta dos cestas de falleras mayores , una de 500 euros y otra de 600, pasando por las «joias» de los presidentes, cada una a 30 euros.

«No paran de llamarme las fallas para anular sus pedidos, pero yo ya tengo todo el género aquí y aguanta como mucho diez días», lamentaba esta florista. «Las flores de los ramos de las falleras mayores, que valen 40 euros, los puedo aprovechar para venderlos pero los otros son solo de clavales rojos y nadie los va a querer», señala una de las dueñas de esta floristería. «No puedo dejar de llorar», aseguraba.

Gabriel Lliso explica que normalmente las comisiones pagan los ramos después de las fiestas, en ocasiones, tres o cuatro meses después, cuando liquidan gastos. Los floristas no saben qué hacer ante una situación desconocida en la historia reciente de las Fallas, como es la suspensión de todo el programa. Los floristas lamentan la suspensión radical. «Que hubieran suspendido los actos multitudinarios, pero no todas las fiestas», recalcan, al tiempo que se preguntan si se cerrarán también «los centros comerciales o las discotecas».

La asociación de floristas está evaluando las pérdidas para pedir compensaciones económicas al ayuntamiento, que todavía no ha concretado cómo se regularán dichas ayudas.

Sobre el destino de las flores, la entidad destaca que la mayoría se irá a la basura. Se está planteando la posibilidad de que las comisiones puedan hacer ofrendas en sus parroquias, para aprovechar al menos parte del género.

Iluminación fallera: desmantelamiento progresivo

El desmontaje de las luces que engalanan las calles y entornos de los monumentos falleros, todo un espectáculo en sí en barrios como Russafa, es otra de las derivadas de la suspensión. La mayoría de montajes se paga por adelantado. Muchas comisiones, como la de Cuba-Puerto Rico, que este año ha gastado 24.000 euros en la iluminación, financian parte de esta decoración con los ingresos generados por los puestos de comida y bebida, las churrerías, mercaditos y otros patrocinadores. Ingresos que se han esfumado de un plumazo este año.

Los puestos de masas fritas y de comida empezaron a desmontar ayer sus instalaciones tras la anulación de los permisos de ocupación de vía pública decretada por el Ayuntamiento de València. Los falleros dan por perdidos esos ingresos y tendrán que asumir el coste de las luces con sus recursos. Un agujero económico del que «tardaremos años en recuperarnos», apunta el presidente de Cuba-Puerto Rico, Moncho Cebrián. «A nivel moral, la suspensión de las fallas es dura, pero a nivel económico todavía lo va a ser más».

Churrerías y buñuelos: anuladas las licencias

También se empezaron a desmontar ayer las carpas de las comisiones donde los falleros organizan sus actos propios (verbenas, comidas, cenas) y cuyos alquileres, normalmente pagados por adelantado, rondan en función del tamaño entre 1.800 y 3.000 euros. Una cantidad que multiplicada por los 247 permisos concedidos por el ayuntamiento suponen más de medio millón de euros que las comisiones falleras dan por gastado sin haber siquiera montado las carpas, cuyo montaje se había aplazado este año hasta hoy, 12 de marzo.