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El ministerio solo controla el 35 % de las extracciones de aguas subterráneas

La Confederación Hidrográfica del Júcar admite que es imposible llevar a cabo el seguimiento «de todos los volúmenes detraídos del dominio público» con más de 40.000 aprovechamientos dispersos por todo el territorio valenciano

El ministerio solo controla el 35 % de las extracciones de aguas subterráneas

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) admite que solo alcanza a controlar el 35 % del uso que se hace de las aguas subterráneas, porcentaje que sube hasta el 80 % en el caso de las superficiales. Con más de 40.000 aprovechamientos dispersos por todo el territorio, la mayoría ligados a autoconsumos, el organismo de cuenca reconoce que a día de hoy es imposible contar con esa información. «Sería deseable disponer de un seguimiento sistemático de todos los volumenes detraídos del dominio público», señala en el seguimiento del Plan Hidrológico 2015-2021. En un territorio abocado a escenarios de escasez hídrica por el calentamiento global aumentar las inspeccioneses es una asignatura pendiente. Sobre todo para atajar las extracciones ilegales.

El volumen total de demanda se estima en 3.240 hm3/año, con un 80% destinado a la agricultura en gran medida -2.580 hm3/año- por solo 13 hm3/año para explotaciones ganaderas. Un 16% -525 hm3/año-va para usuarios urbanos, un 4% -123 hm3/año- para fines industriales y el resto, 12 hm3/año se dirige a las actividades recreativas. Atendiendo al origen de los recursos, un 52% corresponde a aguas superficiales mientras que un 46% viene de las subterráneas. El resto procede del aprovechamiento de recursos regenerados en las estaciones depuradoras (2 %) y en menor mendida de la desalinización, 0,1%.

En la previsión para 2021 se registra un descenso de 204 hectómetros al año para agricultura. «Aún manteniéndose invariable la superficie regada, se requerirá menos agua por la eficiencia global de los sistemas de regadío como consecuencia de la aplicación de las medidas de modernización previstas en el Plan Hidrológico», se apunta en el documento. Por contra, desde la CHJ se contempla una mayor asignación para las hidroeléctricas, de hasta 500 hectómetros más, por la entrada en funcionamiento de la central de la Muela II.

Suelo más árido

La planificación dedica un apartado también al cambio en el índice de aridez de la zona costera del sur de la Comunitat Valenciana, donde en los tres últimos años se ha pasado de valores húmedos o subhúmedos a semiaridos. La ausencia de precipitaciones regulares, que permiten la infiltración y recarga de los acuíferos, fue especialmente acusada entre 2017 y 2018, con unos valores de 38 mm/año, muy lejos de los casi 60 mm/año obtenidos de media en la serie larga y los 57 mm/año en la corta. Un descenso que es más acusado en la zona costera, con un ligero aumento en la cabecera de los principales ríos.

Intrusión salina

El avance de la cuña salina es otro frente que preocupa al Ministerio para la Transición Ecológica. En el ámbito de la demarcación del Júcar existen 16 masas de agua subterránea en las que es necesario colocar la lupa sobre esa progresión, midiendo la presión por extracción y la concentración de cloruros. En cuatro de esos puntos, la Plana de Oropesa-Torreblanca, la Plana de Castelló, Plana de Sagunt y Ondara-Denia, ninguna de las cuatro evaluaciones llevadas a cabo arrojó mejoras. Durante 2018 se realizaron muestreos semestrales de cloruros, conductividad, nitratos, bicarbonatos y temperatura hasta en 15 puntos en la franja costera.

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