La crisis del coronavirus está provocando la paradoja de sectores económicos (la mayoría) en los que sus empresas presentan expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) sin cesar por pérdida total o parcial del negocio y otras actividades donde no dan abasto y reclaman sin pausa más empleados a las empresas de trabajo temporal sea para hacer frente al alza de la demanda o para cubrir las vacantes que está provocando la pandemia entre su plantilla. Entre estas últimas se encuentran las plataformas de comercio digital, los call centers y todos los subsectores relacionados con la alimentación, desde la distribución y la logística a la industria y el propio campo, según aseguró ayer a este diario el director de la consultora laboral Adecco en la Comunitat Valenciana, Víctor Tatay.

Las grandes cadenas de supermercados y todas las actividades logísticas que permiten que los productos lleguen a las tiendas han incrementado su demanda de empleados temporales en un 50 %, según Tatay, quien precisa que «nos piden más empleados para almacenes, reparto y reponedores, sobre todo, porque el personal que trabaja de cara al público, es decir, cajeros que manejan dinero y dependientes de pescadería, ambos con mayor riesgo de exposición, requieren una formación que ahora no se puede dar por falta de tiempo».

Plataformas

Desde las plataformas logísticas, la demanda es tres veces superior a lo que sería habitual en un marzo sin epidemia y las firmas del ecommerce, como Amazon o Privalia, están duplicando las solicitudes en perfiles para almacén, como mozos y peones, y repartidores.

La industria agroalimentaria, por su parte, también es origen de «una elevada demanda de operarios especialistas y oficiales, personal que sepa cortar carne, deshuesar un jamón o embutir longanizas». A este respecto, Tatay recuerda que la Comunitat Valenciana tiene una industria cárnica de gran importancia, al igual que sucede en otras ramas de la alimentación, desde productos de panadería, helados y especias a repostería y frutos secos. Lo mismo sucede con las conserveras y las firmas especializadas en pescado congelado, aunque en este último caso pertenecen sobre todo al norte de España.

Otro sector intensivo en la petición de empleados temporales es el campo. En este caso, tal como confirman también desde la Unió de Llauradors, el gran problema, al margen de estos días de lluvias en que no hay recolección, es el acceso a los lugares de trabajo, dadas las restricciones a la movilidad que ha introducido el decreto de estado de alarma.

Desplazamientos

Y es que los desplazamientos se suelen realizar mediante autobuses (grandes compañías), furgonetas o coches particulares, que ahora no pueden ir llenos de personal: bajan de 60 a 20 personas en el primer caso, de 9 a tres en el segundo y de 5 a 1 en el tercero. Dice Tatay que «lo estamos solucionando con más vehículos, pero eso supone más costes para las empresas y además no es fácil encontrar personal, sobre todo inmigrantes, que tengan su propio coche».

Los call centers son el último gran sector demandante de trabajadores, dado que se ha disparado la atención a los clientes. Estas compañías, según Tatay, están fomentando el teletrabajo y ampliando horarios para evitar que los empleados, como suele ser habitual en épocas de normalidad, no estén tan juntos en el puesto de trabajo.

Absentismo

El crecimiento de ciertos negocios, como ha quedado dicho, es el gran motivo de que se haya disparado el trabajo de las llamadas ETT. El otro es la pérdida que el coronavirus está provocando en las plantillas por dos motivos, que, según el director de Adecco, afectan de media al 20 % de los empleados. Se trata de personas enfermas o en cuarentena, pero también otros que por miedo al contagio no acuden a su puesto de trabajo pese al riesgo de perderlo. Tatay, no obstante, no cree que las compañías tomen medidas disciplinarias, especialmente si estos trabajadores tienen un riesgo cierto.

El responsable de Adecco precisa que las empresas de trabajo temporal no suelen ser contratadas por el sector público, motivo por el que la sanidad no figura entre las actividades que más recurren a ellas. En estos momentos, negocios como el turismo, el ocio y la hostelería, que en otras ocasiones «estaban a tope por las fallas y la pre Semana Santa», no contratan nada. Al contrario, están inmersos en ERTE. Algo muy parecido a lo que sucede con el automóvil.