La falta de material de protección contra el coronavirus ha llevado a una residencia de mayores de Quartell a aceptar la ayuda a una clínica dental particular, aprovechando que su dueña tiene un familiar ingresado y, sabiendo que es población de alto riesgo, se interesó por la situación a ese nivel.

En pleno estado de alerta, la respuesta que recibió ya hace unos 10 días la dejó perpleja, por lo que se apresuró a llevarle gratis cientos de mascarillas, entre otras cosas. Tras hacerle también una compra con sus proveedores habituales y ver que las cosas «no mejoran», la titular de la clínica quiso hacer público a través de Levante-EMV que el centro «tiene a 9 pacientes aislados con síntomas de COVID-19 y lleva ya 5 días a la espera del resultado de las pruebas que les hicieron»; todo, mientras su medio centenar de empleados «vive a diario la escasez de batas y mascarillas», añadía.

La mujer hizo estas declaraciones después de hacer cedido a la residencia un aparato que permite esterilizar el material y reutilizarlo; una operación en la que tuvo que colaborar la Policía Nacional para llevar de València hasta Quartell esta pieza que pesa más de 70 kilos. «Me ayudaron en cuanto expliqué la situación. Tampoco tenían mascarillas, así que les he dado 20 que tenía yo», decía prefiriendo mantener su nombre en el anonimato «para que nadie piense que hago alarde de esto».

De hecho, ella ponía el acento en la situación de la residencia. «Es un abandono de los empleados y unos 90 ancianos. El Gobierno dijo que se iba a ocupar de estas instalaciones pero no es así. Les tuve que traer batas y mascarillas, porque no tenían. Ahora el hospital les ha dado 60 batas de papel que se suman a las 35 de tela que les he llevado yo junto a kits completos, 150 bolsas de esterilizar y máscaras homologadas para la cara. Pero es una vergüenza. Van con pantallas que se han hecho con gomas y material de papelería», decía.

Junto a ello lamentaba que algunos responsables públicos aludan a problemas para comprar este tipo de material cuando ella «no ha tenido ninguno» para adquirirlo para la residencia, a la vista de que a ésta no le venden directamente y sus peticiones a las autoridades «no se atienden con la urgencia necesaria». «Con mis proveedores lo he tramitado enseguida. Les he comprado lo que me pidieron a parte de lo que les doné y me lo abonarán», explicaba.

Ante ese panorama, la llegada ayer de la Unidad Militar de Emergencia (UME) para desinfectar las instalaciones fue todo un alivio para los familiares. Y la de la máquina de esterilizar, otro.

A preguntas de este diario, desde la Conselleria de Sanitat se ha insistido en que este miércoles «llegó mucho material de la Generalitat al Hospital de Sagunto y ya se está procediendo a su reparto», decían sin precisar más ni cuánto pueden tardar los resultados de las pruebas a los mayores aislados.

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