José Gómez Cervera, valenciano de 72 años, y su esposa, Inma Gil, de 68 y de San Sebastián, se subirán mañana en el aeropuerto de Yamena, la capital de Chad, en un avión militar francés que los traerá de regreso a Europa. Se lo comunicó ayer el agregado consular en Yamena. Llevan atrapados en Chad desde el 26 de marzo, día que despegó el último vuelo de repatriación. Un avión militar francés trajo de vuelta a Europa a 80 ciudadanos comunitarios.

«Pero nos volvemos con un sabor agridulce. Nos duele dejar aquí a compañeros españoles», expresó ayer Inma. Estos cooperantes advierten de que, una vez en España, van a mover cielo y tierra para que puedan volver Manuel Ríos, de 59 años, Carmen Pérez, de 29, Juan Carlos Cano, de 31, y Susana Jaqueline Rizo, de 42.

Chad cerró su aeropuerto internacional el pasado 20 de marzo tras detectar los primeros casos importados de coronavirus. El matrimonio de cooperantes, que vive en Madrid, pero tiene su segunda residencia en Siete Aguas, se hallaba en el país africano desde finales de enero. Debía estar cinco meses. Estaba formando a educadores del país para que gestionaran un orfanato de la zona rural que acoge a 57 niños y niñas de entre 8 y 14 años. El centro lo gestiona la ONG Misioneros de la Esperanza. José e Inma acudieron a través de Cáritas diocesana de Málaga y Cáritas España.

El 25 de marzo los cooperantes que participan en este proyecto recibieron un comunicado de Cáritas España. Les recomendaba viajar a la capital y estar disponibles para coger el primer vuelo de repatriación. Pero, dado que las comunicaciones en el país africano son complicadas, no llegaron a Yamena hasta el día 27. El día anterior había despegado el último avión militar francés.

Desde entonces han realizado mil trámites con la embajada española en Camerún y el agregado consular. El vuelo debía organizarlo Air France. Este lunes les dijeron que no había ningún avión previsto. Ayer, por fin, les comunicaron que mañana despegaría otro avión militar francés. Todos estos días han estado alojados en el centro de acogida de Kabalay de la capital de Chad.

Tienen vuelo, pero regresan con el pesar de dejarse allí a cuatro compañeros. «Vamos a hacer todo lo posible para traerlos», recalcó Inma.