El pasado 13 de marzo, un día antes de la entrada en vigor del estado de alarma por la crisis del coronavirus, Gandia fue el primer municipio que optó por cerrar su playa. Y ahora, cuando empiezan a vislumbrarse síntomas de poder recobrar paulatinamente una cierta normalidad, ya piensa en ser, también, el primero en abrirla a los turistas ya convertida en una playa segura de cara a este verano y libre de posibles riesgos de contagio.

Gandia, una playa segura ante el coronavirus

El concejal de Turismo, Vicent Mascarell, junto a los principales agentes turísticos, entre ellos los hosteleros, hoteleros, empresas de alquiler de apartamentos o servicios que se prestan en la misma arena, quieren que Gandia se promocione en toda España como un destino seguro en tiempos de incertidumbre y de alerta sanitaria por el coronavirus.

La reunión tuvo lugar el martes pasado y en la misma se comprobó que existe consenso total en abordar las medidas que sean necesarias para que este verano Gandia pueda salvar una parte de la actividad turística. En medio del desastre que la pandemia ha supuesto para este sector, en esta ciudad existe una tenue luz de optimismo. Por una parte, el 90% de los visitantes son españoles, y a ellos se va a dirigir la llamada para que no dejen de acudir a Gandia. Si se levantan las restricciones, no hay duda de que miles de personas querrán pasar unos días o semanas en las playas, porque muchos poseen segundas residencias en esta zona. Los otros alimentarían el sector del alquiler de apartamentos, que es otro de los pilares del turismo gandiense.

Ese cierto optimismo tiene sus razones. Sirva de ejemplo lo ocurrido en la pasada Semana Santa, cuando el Gobierno tuvo que incrementar los controles para evitar una avalancha de visitantes hacia las playas.

En segundo lugar, y ahí está el trabajo que el ayuntamiento y los empresarios están dispuestos a asumir, se anuncian medidas tendentes a transmitir la garantía de que Gandia va a ser una «playa segura» donde se reducirá al máximo el riesgo de propagación de la Covid-19.

Por parte de la Administración con el cumplimiento de la separación personal en la misma arena y en otros espacios públicos. En este verano, o lo que se pueda aprovechar de este periodo, podría ser chocante la imagen de «islas» tomando el sol o de paseos en grupos familiares distanciados por de tres o cuatro metros.

Y los empresarios también están dispuestos a extremar las precauciones para ganar clientes, no solo con los distanciamientos que el Gobierno marque o recomiende, sino también poniendo el máximo interés en la higiene dentro y fuera de los locales.

A no ser que la evolución de la pandemia sea muy positiva, la mayor incógnita, y quizás el sector más perjudicado, sea el de los hoteles. Abrir esos establecimientos, y en qué condiciones, está en manos del Gobierno.