Los heladeros tradicionales, un sector con un gran arraigo en la Comunitat Valenciana, han denunciado que no les dejan vender sus productos para llevar como al resto de establecimientos de alimentación. El Gobierno impide desde la declaración del estado de alarma que las heladerías artesanales abran como las panaderías o los establecimientos de comida para llevar al clasificarlas como cafeterías. El colectivo cree que se trata de una decisión adoptada por «error» fruto del tsunami provocado por la pandemia. La asociación de heladeros ha escrito una misiva al ministro de Sanidad, Salvador Illa, en la que le pide que tenga en cuenta su situación y en la que insisten en que solo quieren despachar productos para llevar «como hacen las panaderías que venden helados industriales». Los profesionales lamentan que «está situación kafkiana» les puede llevar a la ruina porque solo tienen cuatro meses para hacer la caja de todo el año.

La sede en España de la Asociación Nacional de Heladeros Artesanos (Anhcea) está en Xixona. El colectivo da empleo cada año en la Comunitat Valenciana a 12.000 trabajadores y mantiene abiertos 1.500 establecimientos. Marco Miquel Sirvent, presidente de Anhcea y productor de helado en Dénia, explica que la mayoría de los heladeros tienen establecimientos con varias licencias. «Claro que tenemos el permiso para funcionar como cafeterías, pero también el de comercio al por menor. Es como las panaderías que también tienen licencia para operar como cafeterías y siguen abiertas con la zona de restauración cerrada. Nosotros pedimos lo mismo. En una panadería puedes comprar pan, pasteles y helado para llevar. Nosotros tenemos el mismo derecho, pero no nos dejan abrir», sentencia Miquel.

Marco Miquel insiste en que el Ministerio de Sanidad «reconoce que el helado es un alimento de primera necesidad» por lo que no entiende la prohibición para venderlo para llevar.

Vicent Silvestre, fundador de Gelats Silvestre i Asensi y responsable de tres establecimientos en l'Eliana y Benaguasil, lamenta que el sector «está completamente parado». Silvestre, que es vocal de la Asociación Nacional de Heladeros Artesanales, subraya que están considerados «por todos los organismos como productores de lácteos, que son alimentos de primera necesidad. Han dejado a abrir a todos en el sector como a las queserías y a nosotros nos lo impiden porque nos homologan a los bares. Es absurdo. Somos productores de helados artesanos».

Temporalidad

El fundador de Gelats Silvestre i Asensi destaca la temporalidad de su trabajo y lamenta que disponen de poco tiempo para hacer la caja de todo el año. «Es un trabajo de cuatro o cinco meses. Esta situación nos está haciendo mucho daño. Algunos heladeros apuestan por abrir, pero nosotros queremos una respuesta del Ministerio de Sanidad para hacerlo de forma legal. Solo necesitamos que nos marquen unas directrices sanitarias como al resto de comercios de alimentación. No tiene sentido que dejen abrir ya a los mercadillos y a nosotros nos mantengan cerrados».

Los heladeros inciden en que son negocios familiares. «Nosotros somos artesanos y lo fabricamos todo. Es un sector que está más implantando en la Comunitat Valenciana que en otras regiones de España. Necesitamos vender para poder vivir. Nos podemos encontrar en una situación muy delicada si llega septiembre y no hemos vendido lo suficiente como para aguantar hasta mayo», asegura Vicente Silvestre.

Los heladeros creen que el Gobierno los dejó fuera los establecimientos que podían abrir por error. Marco Miquel pide al ministro de Sanidad que rectifique en la carta que le acaba de enviar. «Si bien entiendo y apoyo todos los esfuerzos y medidas adoptadas por el Gobierno para proteger la salud de los ciudadanos y limitar la propagación de la pandemia, noto un error de asimilación (probablemente causado por la urgencia y emergencia con la que se debió operar). Consideramos que somos un sector con las mismas características que las panaderías o las tiendas de chuches en las que se venden helados para llevar. Esta situación es incomprensible», recoge la misiva.

Los heladeros lamentan que solo están autorizados para hacer entregas a domicilio, «una actividad que requiere de equipos y de una organización» que no está al alcance de las empresas familiares, señala la asociación.

El sector depende en gran medida del turismo y es consciente de que la situación está muy complicada. «Este año podemos perder un 50 % del negocio, sobre todo en la Comunitat Valenciana. El número de turistas extranjeros va a ser malo. Solo nos queda confiar en el turismo nacional», indica Miquel.