El plan de ayudas al sector de la automoción, que incorpora importantes incentivos del Estado al consumidor para la adquisición de vehículos cero emisiones (hasta 4.000 euros), vuelve a poner el foco en la encrucijada a la que se enfrenta el motor. El camino hacia la electrificación, es decir, a la fabricación de vehículos de baja contaminación, es inevitable.

Pero también lo es la convivencia durante un tiempo con motorizaciones diésel y gasolina: por la reticencias del consumidor hacia las nuevas tecnologías y, obviamente, por unos precios todavía elevados. Solo un dato: la versión 100% eléctrica del Opel Corsa, el utilitario superventas que ha comenzado a fabricarse en serie en Figueruelas (el primero de este tipo en España), sale al mercado por 30.000 euros en su versión más básica. El salario medio anual de los valencianos no llega a los 21.500 euros. Ajustar la velocidad de esta transición a las demandas del mercado parece clave para evitar grandes impactos en el empleo.

El Gobierno de España, no sin tensiones, ha marcado un camino de no retorno. El plan del automóvil está dotado con 3.750 millones (no solo ayudas, también préstamos al sector), y envía una señal a los fabricantes extranjeros: el país considera imprescindible este sector. Pero el plan también constata que lo que quiere España es la asignación de modelos y motores electrificados. Las ayudas a la adquisición de vehículos cero emisiones quintuplican a las de un modelo de combustión (800 euros). En los eléctricos se puede llegar, desde hoy, a 5.500 euros en ayudas.

Aunque al final se incentiva la adquisición de todo tipo de vehículos, como reclamaban la industria y dirigentes como el presidente Ximo Puig, ha habido tensiones dentro del Gobierno. Ministros de mucho peso como el de Fomento, el valenciano José Luis Ábalos, o la ministra de Industria, Reyes Maroto, han tenido que emplearse a fondo para vencer la resistencia de la titular de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y que aceptara incluir las motorizaciones de combustión, según fuentes conocedoras de la negociación.

Eso sí, se ha fijado un límite de emisión de 120 gramos de CO2 por kilómetro para entrar en las ayudas. Este límite hará, por ejemplo, que la versión gasolina del nuevo Kuga, que acaba de inundar los concesionarios, quede fuera de los incentivos.

Parece un mal menor. La planta de Almussafes, pese a las dudas que la aquejan (como a todas), está contando para la multinacional americana dentro de sus planes de electrificación. A finales de este año la marca del óvalo tendrá en su catálogo 14 vehículos electrificados, y el compromiso es que todos los futuros modelos que se lance al mercado tengan sus versiones híbridas o eléctricas.

En este camino de no retorno en toda Europa, Almussafes parte como la planta de Ford más eléctrica del continente. En pocos meses, serán siete las versiones híbridas que se fabriquen aquí, ya sean convencionales o híbridas enchufables (que pueden engancharse a la red para recargar la batería). Ahora mismo la estrella es el nuevo Kuga, con tres versiones híbridas. De hecho, más de la mitad de las unidades que salen a Europa ya se mueven con estas nuevas tecnologías.

Además, a partir de septiembre se espera que estén en marcha las líneas para ensamblar versiones híbridas de los modelos Galaxy y S Max, que también se fabrican en Almussafes. Y también este otoño se pondrá en marcha una planta de ensamblaje de baterías para este tipo de vehículos. Esta es ahora la gran batalla de la factoría: conseguir que se asigne a València no el montaje sino la propia fabricación de baterías para modelos híbridos, lo que garantizaría el futuro de su planta de motores.

Aunque parece que Almussafes va en cabeza en número de versiones, el resto de la industria española también está en pleno proceso de electrificación. Además del citado Opel eléctrico de Figueruelas, el grupo PSA también ha lanzado este año en Vigo el Peugeot 2008 eléctrico; además pronto empezará la fabricación de cuatro modelos de furgonetas 100% eléctricas. Seat también tiene en Martorell versiones electrificadas del nuevo León. En total, nueve de las doce fábricas de coches de España tiene en producción o asignadas diferentes versiones eléctricas o híbridas de 15 modelos. Se prevé que en 2025 se fabriquen en España medio millón de unidades de bajas emisiones.