La causa del agujero de 1.300 millones en la gestión de Ràdio televisió valenciana SA (RTVV) ha quedado reducido al juicio que dirime en la seccción cuarta de la Audiencia de València si fue una malversación el pago de 1,7 millones al empresario José Luis Moreno por un programa de pésima calidad.

En el banquillo se sienta un único acusado, el periodista José López Jaraba, que llegó a la dirección de RTVV sin ninguna experiencia audiovisual procedente de la prensa escrita, según admitió al responder a la fiscal de la causa, que pide su absolución. Jaraba sólo respondió a las preguntas del Ministerio Público y a su abogado. Pero esquivó las de las tres acusaciones (Generalitat, la CGT y Compromís) que piden para él de 7 a 8 años de cárcel por los presuntos delitos de prevaricación, fraude y malversación.

Los hechos juzgados se remontan a 2006 (con Pedro García como director general, ya que Jaraba lo sucedió en 2009) cuando RTVV se lanzó a coproducir Planta 25, estrenada en noviembre de ese año en las televisiones autonómicas y que sobrevivió hasta 2008 con un coste de 126.018,67 euros por capítulo. Frente a esta telenovela caída en el olvido, la popular serie A mar en tiempos revueltos tenía en sus inicios, en septiembre de 2005, un coste por capítulo de 56.000 euros. Su éxito hizo que elevara el caché hasta los 68.210 euros por episodio en 2013, según la pericial que CGT logró a golpe de recurso durante la instrucción.

En 2008 la Sindicatura de Comptes advirtió que la productora no había justificado costes por más de 1,7 millones por la coproducción de Planta 25. El empresario y ventrílocuo José Luis Moreno no reconocía esa deuda y en 2010 Alba Adriática entregó otro espacio a RTVV, el programa de entrevistas y actuaciones De un tiempo a esta parte, a cambio de la deuda. La tesis que defiende Jaraba es que fue la mejor opción que se encontró entonces. «Se podía judicializar el tema y reclamar deuda a Alba Adriatica, pero por la incertidumbre en el resultado y en el tiempo, se buscó una solución». Una decisión que, justificó, al venir avalada por cinco cargos intermedios, rubricó.

El exdirector de RTVV aseguró que cuando llegó al ente «nos encontramos una empresa en quiebra técnica, con una deuda de 1.300 millones de deuda acumulada. No hubo un día que no se generara deuda, además de la crisis de reputación [de RTVV] por lo que fuera, por decisiones anteriores. Intentábamos que la empresa siguiera emitiendo» en medio de la anterior crisis económica.

Para apuntalar su inocencia, Jaraba aseguró que «al mes de llegar se aplicó una nueva normativa interna: los contratos que firmara la direccion general tendrían un montón de filtros previos para que el director general tuviera la certeza 100 % de que lo que firmaba estaba bien hecho». Y añadió: «Me rebajé el sueldo un 18 % y se lo bajé a todos los directivos. un 12-14 %. Soy el único director general que ha minorado la deuda en 154 millones, según la Sindicatura de Comptes», como ejemplo de su presunta buena gestión. También negó conocer al empresario José Luis Moreno y haber intentado favorecerlo.

Aunque más de cinco horas de juicio no sirvieron para conocer qué persona se encargó de negociar la deuda de 1,7 millones que provocó la compra por Canal 9 del programa de refritos musicales De un tiempo a esta parte. Por la sección cuarta desfilaron ocho cargos intermedios de TVV SA, incluida la directora entre noviembre de 2009 y junio de 2011, Lola Johnson, quien defendió que firmó la compensación porque «se cumplió todo el procedimiento». Nadie pudo aclarar cómo se llegó a este acuerdo con Alba Adriática SL sin un informe jurídico o de valoración económica.